Una vez más, la Costa da Morte mostró su cojera en infraestructuras. Un catarro en la fibra óptica en un punto de Carballo dejó a gran parte de la Bergantiños sin aliento informático. A ciegas
Una vez más, la Costa da Morte mostró su cojera en infraestructuras. Un catarro en la fibra óptica en un punto de Carballo dejó a gran parte de la Bergantiños sin aliento informático. A ciegas