
Las bases ocupan espacio en las aceras y báculos y lámparas pueden ser un riesgo porque apenas tienen mantenimiento
01 dic 2015 . Actualizado a las 08:07 h.Hace diez años o más era muy frecuente que el control de la velocidad a la entrada de las travesías fuera cosa de semáforos que se ponían en rojo cuando el turismo circulaba a más velocidad de la debida. En los accesos a la mayor parte de las localidades de la Costa da Morte, sobre todo a lo largo de la carretera comarcal 552, era el sistema que se utilizaba para asegurarse de que los vehículos cruzaban los cascos urbanos de forma adecuada.
Con el tiempo este sistema dejó de funcionar. Los semáforos se fueron apagando, pero se mantuvieron en su lugar. Hace tiempo que la mayor parte de ellos son señales inútiles que no realizan ninguna función, pero que ocupan espacio en las aceras y, lo que es peor, pueden suponer un riesgo por la falta de mantenimiento.
Es muy frecuente que en los temporales de invierno alguna lámpara se suelte y amenace con caer sobre la vía y, de hecho, a muchos de esos semáforos les falta algunas de las partes.
Muchos desaparecieron cuando se realizaron obras de modernización de las travesías, como pasó en Baio o en Coristanco, pero otros muchos permanecen, como los de Agualada. En la base de uno de ellos incluso crece la hierba y otro está tan mal situado que dificulta el paso de los peatones por la acera e impide el paso de un carrito de bebé o de una persona en silla de ruedas.
No Tráfico ni la Xunta de Galicia han tomado medidas para eliminar todos estos elementos molestos, Aunque no se trata de algo que dependa de los Concellos, los alcaldes sí pueden solicitar la retirada de estos semáforos sin función, aunque alguno de ellos debería servir para facilitar el paso de los peatones, como en es el caso del de A Casilla en Carballo, aunque la mayor parte del tiempo el semáforo está inutilizado.
Es habitual que algunos no se usen a pesar de estar en buenas condiciones. Pasa en el centro de Coristanco, donde la rotonda ha hecho innecesaria la regulación semafórica.
Incluso en los casos en los que no dificultan el paso por las aceras o no son un peligro por la ausencia de mantenimiento, en los cascos urbanos ya hay suficientes elementos necesarios como para que se le añadan los que no lo son, sobre todo si tampoco resultan decorativos.
En todo caso, son un obstáculo para las personas con discapacidad funcional, visual y motora, lo que hace todavía más necesaria su retirada cuando no realizan ningún tipo de función que se conozca.
Varios casos, al detalle
Bormoio. En Agualada el semáforo era para regular el cruce pero hace tiempo que no tiene utilidad. Está casi siempre apagado y ocupa bastante espacio porque tiene su propio alimentador.
Agualada. Junto a la iglesia. A la entrada de Agualada hay otro regulador de velocidad que tampoco tiene función alguna. En este caso la base impide que pase un carrito de bebé o una silla de ruedas.
Carballo. A Casilla. A pesar de que debía ser para dar servicio a los peatones, el semáforo de la entrada de Carballo desde Coristanco está sin funcionar la mayoría de las veces.
Malpica. Leiloio. En As Rabuceiras el semáforo no es necesario desde que se construyó la nueva carretera entre Carballo y Malpica, porque apenas hay ahora circulación por este tramo.
Carballo. Avenida de Fisterra. El semáforo de la AC-552 ya perdió hace un tiempo la lámpara, lo que muestra el peligro que pueden suponer que no se haga el mantenimiento adecuado de la instalación.
Torás. A la entrada de A Laracha, desde Carballo, hay otro semáforo también en desuso. La única función que tenía era la regulación de la velocidad de acceso al centro urbano.