Dejó su empleo de oficina para conciliar y ahora se gana la vida trabajando la madera
CABANA DE BERGANTIÑOS
Prudi Vázquez, de Cesullas (Cabana), hace detalles personalizados para eventos, mesas dulces y talleres y obradoiros para niños
24 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Como para tantos otros, la pandemia fue para Prudi una época de muchos cambios. Al confinamiento, la incertidumbre y las preocupaciones se le sumó la maternidad, y su manera de ver las cosas cambió. «A nena naceu en maio, en plena pandemia. Eu, que daquela estaba traballando nunha oficina de seguros, era nai primeriza e quería buscar unha forma de conciliar mellor, así que decidín lanzarme a traballar dende a casa para ter máis flexibilidade horaria», cuenta Prudi Vázquez Rellán, cabanesa, de Cesullas, de 32 años.
Fue así como empezó en el mundo de la artesanía, en diciembre de 2020. Y más concretamente, en el ámbito de la madera. «O meu home é carpinteiro, e de velo a el traballar, entroume o gusanillo. El prepárame as pezas e eu decóroas, e ás veces tamén lle boto unha man no que fai el», explica la artesana, que decidió darle a su negocio el nombre de su pequeña Dara.
Hace detalles personalizados para eventos, mesas dulces y regalos para ocasiones especiales, y también conduce obradoiros de diferentes temáticas para niños. «Nisto último estamos colaborando co Cámping Costa da Morte, que está en Lamas (Zas), e tamén co Concello de Cabana», comenta Prudi, que en todos los casos compra la madera en almacenes locales. Una forma de apoyar a otros emprendedores de la comarca y generar riqueza en su entorno más inmediato.
«As manualidades sempre me gustaron moito, e a verdade é que teñen bastante saída. Comezamos coas vodas hai arredor de dous anos e vemos como cada vez aumenta máis o interese e a xente que pregunta. Tamén traballamos moito con comunións», sostiene la cabanesa, que aunque por sus propios gustos suele optar por diseños sobrios y sencillos, si el cliente le pide algo más elaborado, también lo hace.
Esta nueva actividad que ha encontrado en Dara Store le ha proporcionado flexibilidad horaria, pero también un mayor desarrollo de su creatividad. Mayor, al menos, que el que conseguía con su antiguo empleo de oficia. «Sempre me encantaron estas cousas. De feito, ao principio intentei facer fofuchas, unhas bonecas que se elaboran con goma eva, pero non se me acababan de dar ben e foi entón cando probei sorte coa madeira. Comezamos o meu home e eu facendo unhas letras: el cortábaas e eu pintábaas e decorábaas. E así comezou todo. Dara Store, en realidade, somos os dous, aínda que eu estea algo máis implicada, porque el aínda ten o seu traballo», relata la cabanesa. Con lo que siempre contó, eso sí, es con su apoyo, algo imprescindible cuando uno se lanza a un cambio tan grande, considera Prudi.
Y como el gusto por el trabajo manual suele ir en los genes, también la pequeña Dara, de casi cuatro años, va haciendo sus pinitos. «Gústame moito facer manualidades con ela. A veces ve que estamos traballando e ela dinos que tamén quere, que quere traballar coma nós», explica Prudi. No solo la suya, sino todos los niños, asegura, suelen responder de forma muy positiva a estos talleres, a los que lleva piezas para que decoren. «Destas últimas veces tamén colaboramos coas comparsas e fixemos disfraces», concluye.