Adrián Campaña: «Viñemos a propósito desde Santoña só para poder levar a Virxe do Carme»

Los dos últimos años del Mar de Grecia han sido solo regulares. Averías importantes se han sucedido unas a otras y aunque la pesca no ha ido mal, los gastos han lastrado esta empresa de la que viven doce familias. La tarrafa fue elegida hace unos días para llevar la imagen la patrona de los marineros en la procesión marítima que se celebrará mañana en Camariñas. Adrián Campaña Antelo (Camariñas, 1989) no se lo pensó dos veces. Fue como si hubiera recibido una señal. «Viñemos a propósito desde Santoña só para poder levar á Virxe do Carme», declara. Explica que lo consultó con la tripulación. «Somos unha familia», argumenta, pero también apunta que probablemente lo hubieran hecho de todos modos. «Se estiveramos en Perú sería o mesmo», confirma. «Confío moito na Virxe e desde que teño uso de razón fun á procesión do Carme. Cando era neno, non podía durmir a noite anterior pola emoción e os nervios. Para min, é moi bonito poder levala no meu barco e coa miña familia», añade.

Durante la singladura desde el Cantábrico intentaron pescar algo para, por lo menos, poder desquitar los más de mil euros que se le han ido en combustible, pero reconoce que al menos durante buena parte del camino estuvo poco centrado en encontrar los bancos de peces. Le pudo más la ansiedad de ver a la familia, a Grecia, que le dio nombre a su barco, y a sus dos hijos más pequeños, la menor de apenas unos meses. Cuenta que lleva mal las separaciones, pero razona que no queda más remedio que buscar las capturas donde se encuentran, ya que sacar adelante una empresa con once trabajadores exige sacrificios.

Las cosas no les han sido fáciles, por lo que Adrián considera que su elección, entre otros seis barcos, para llevar la Virxe es un golpe de suerte. No solo tuvieron problemas con la mecánica del barco, sino que incluso estando en el varadero sufrió un accidente.

El cerco

El barco es un cerquero comprado en Portosín y es de 1998. Es grande, con más de 23 metros de eslora, y de hierro, por lo que puede hacer frente a temporales, pero a Campaña no le gusta demasiado arriesgar, considera que tiene en tierra intereses suficientes como para jugársela en el mar por dinero. Por San Xoán estaba descargando sardina en Galicia y el 1 de julio ya emprendió viaje a Santoña para continuar con la anchoa. El cerco es único oficio. Las fiestas lo han devuelto a su tierra y que se quede en las inmediaciones depende de cómo vayan las capturas, pero los camariñáns saben que hay bancos en torno a las Sisargas y casi todos están haciendo base en A Coruña. Podría ser también su caso.

Llegó ayer mismo a Camariñas y tanto a él como a su tripulación les esperaban horas de trabajo. Había que dejar el barco en las mejores condiciones, retirar los aparejos, limpiar y tener todo en estado de revista para mañana. Será un día muy ilusionante, pero también un poco estresante. Adrián quiere celebrarlo con su familia, sus amigos y su tripulación, que también llevarán a sus parientes, pero teme el momento de iniciar la procesión. «Hai xente que se tira, literalmente, para subir ao barco e iso ponme moi nervioso porque non se dan conta de que isto é unha empresa. É un medio de vida e calquera accidente que pase pódete arruinar», explica. Le gusta llevar a las personas más allegadas y es abierto, pero también quiere dejar claro que tiene una responsabilidad muy grande, por lo que pedirá a Protección Civil que mantenga un cordón de seguridad para que no haya problemas.

«A primeira vez que fun ao mar tiña 16 anos. Foi no barco de meu tío, o Muro de Fontán»

Adrián dice que no era mal estudiante, pero no acabó la EGB y ¡en lo único que pensaba era en embarcarse. Lo hizo en cuanto pudo. «A primeira vez que fun ao mar tiña 16 anos. Foi no barco de meu tío, o Muro de Fontán. El era José Luis Campaña e morreu hai pouco», rememora. Siempre ha trabajado en el cerco e incluso llevó la Virxe do Carme antes, cuando estaba de patrón en el Novo Touriñán. Sin embargo, para él no es lo mismo guiar la procesión en una embarcación que no es la propia que hacerlo, como quien dice, en casa. Asegura que tiene una tripulación compacta, en la que hay 9 marineros gallegos y dos senegaleses, pero incluso ellos llevan tanto tiempo que casi se consideran de Camariñas. En todos los años que lleva faenando nunca ha sufrido un percance importante. Han sido las averías lo que le ha amargado algo estos últimos tiempos, desde que dejó el Siempre Adrián y compró esta nueva tarrafa. Sin embargo, está muy orgulloso del barco. Dice que lo convenció para comprarlo que también es muy bonito.

Recambio

Reflexiona que en Camariñas es ya casi habitual el recambio generacional. «Eu estou aínda en segunda división, pero vou ascendendo», dice para explicar su posición en una flota muy conocida, en la que, sin embargo, «o 70 % dos patróns son rapaces novos», señala. Adrián Campaña ve muy claro que si su hijo, que tiene dos años, se dedica al mar le dará una alegría. «Sería o máis bonito que me puidera dar. E dígoo sinceramente», asegura. Incluso, si sus hijas lo hicieran, también le parecería bien.

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