
FOTO CON HISTORIA | Divididos por barrios, decenas de chavales de Carballo participaron en el 74 en un torneo que sirvió de trampolín para muchos jugadores
27 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La Foto
1974. Por iniciativa de varios entrenadores de la zona y de la parroquia, Carballo acogió en el verano del 1974 un curioso torneo que congregó a decenas de chavales de la localidad. Divididos por barrios (más el equipo formado por los estudiantes del antiguo colegio Fogar), disputaron numerosos encuentros durante algo más de dos meses. En la imagen figura el equipo del barrio de A Casilla, que contó con los siguientes integrantes (de izquierda a derecha y de arriba a abajo): José Cotelo, que ejercía como entrenador del conjunto, Benigno López, Suso Cardezo, Tito Mancebo, José Manuel Canedo Aguiar, José Luis, Manolo Fuentefría, José Antonio Cardezo, Juan, José Cotelo, Suso, Carlos García, Lito, Antonio Suárez Gorín y Gelucho.

Los protagonistas
Lo mejor de cada barrio. Después de tantos años, 44 para ser exactos, cada uno ha ido siguiendo su camino. Unos ya no están, mientras que otros han hecho su vida fuera de Carballo. Por aquel entonces eran apenas chavales que cursaban los últimos cursos de instituto y se postraban ante el mercado laboral. De hecho, muchos dejaron el fútbol al encontrar su primer empleo y no tener tiempo para el deporte. Sin embargo, todos recuerdan con cariño aquel verano del 74 en el que el equipo de A Casilla obtuvo un meritorio cuarto puesto en el torneo, ¡y empatado a puntos con el tercer clasificado! Reunidos recientemente: José Cotelo, Benigno López, José Manuel Canedo, Tito Mancebo, Manuel Fuentefría y Antonio Suárez Gorín.

La historia
Ni ordenadores, ni tablets, ni smartphones, ni Netflix. En los setenta bastaba un balón de fútbol para entretenerse durante un verano entero. Acompañándolo de una contundente hogaza de pan para la merienda y de buenos amigos para compartir, no había mejor plan.
Aprovechando la fiebre futbolera de la mayoría de los chavales, Carballo acogió en el verano del 1974 un emocionante torneo del que tomaron parte decenas de jugadores de toda la localidad. Se dividieron por barrios -más el equipo del antiguo Francisco Franco, el Fogar- y durante un par de meses dedicaron sus fines de semana a la competición, en la que se alzó vencedor el equipo de Bértoa. «Segundos quedaron os de Gran Vía e terceiros os de Brañas. Nós acabamos cuartos, aínda que empatados a puntos cos do terceiro posto», recuerda José Manuel Canedo. Nadie daba un duro por ellos -ni por el torneo en sí- aunque cuando ganaron el primer partido ya se los tomaron más en serio. «Xogabamos con camisetas todas rotas do antigo equipo da Casilla», explica Canedo, que en el primer encuentro fue crucial a la hora de lograr el resultado final: un 3 a 2 al que aportó un gol y una asistencia. «Para o seguinte partido xa nos mercaron a indumentaria da selección española».
Había una cierta rivalidad, claro que la había. Todos querían ganar en una competición que, conforme pasaron las semanas, se fue haciendo más y más popular. «Tivo un éxito tremendo, sobre todo a primeira edición», explica José Cotelo Pérez, el encargado de entrenar a los chavales. Cotelo describe el torneo como un auténtico «viveiro de talentos», pues de él salieron «grandísimos xogadores». A modo de trampolín, muchos de ellos ficharon más tarde por algunos de los mejores equipos del panorama local: «O Bergantiños, o Deportivo Carballo, o Berdillo...».
Hubo también participaciones estelares. José Luis Pose, Chochi, que entrenó al equipo Centro, había sido jugador del Deportivo. «Lerio, que levou o Bértoa, tamén xogara no Depor. Paquiño da rúa do Sol, Lendoiro da Muíño... Grandes adestradores e moi bos deportistas», enumeraba Cotelo.
Sin embargo, todo lo bueno se acaba, y apenas unas cuantas ediciones más duró la competición. Muchos de los jugadores ni siquiera llegaron a repetir: «Estabamos todos entrados xa en idade, nos anos de deixar o colexio e empezar a traballar». Fue el caso de Benigno López, pero también el de otros tantos que apenas pudieron disfrutar del éxito cosechado el primer año. El mensaje difundido, no obstante, logró calar en las instituciones educativas, y en aquellos años cada vez más colegios implantaron el fútbol en sus programas: «Non era nada habitual, pero a partir daquela comezou a verse».