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Manuel Bello, el larachés que dedicó más de 7.000 horas a hacer maquetas de buses

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana García

Al primer modelo realizado acaba de sumar cuatro más con todo lujo de detalles

10 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Bello Míguez, Manolo, es de A Lagarteira, en Montemaior, A Laracha, aunque reside en Carballo. Tiene 71 años, de los cuales, los últimos 41 los ha dedicado, al menos en gran parte del tiempo, a llevar a cabo una pasión que descubrió al emigrar a Reading, en Inglaterra. Allí se fue con 23 años y se quedó hasta el 2010. En la ciudad británica desarrolló la que sería la profesión de su vida y que marcaría su destino en muchos otros aspectos: chófer de bus, sobre todo, pero también de tráiler.

Si desde el 1987 acaparó páginas en los diarios ingleses por su iniciativa de hacer una maqueta del autocar MCW Metro de dos pisos que conducía por la ciudad con cerillas y conseguir donar hasta 15.000 euros a causas benéficas mediante numerosas exposiciones, ahora vuelve a estar de actualidad tras finalizar otros cuatro modelos, en esta ocasión, un Scania Berkhof 2000 Excellence, en contrachapado de madera y con todo lujo de detalles. «A miña vantaxe foi sempre que os conducín, e polo tanto, coñecíaos ben. De feito, ía co metro ao traballo para tomar as medidas de todo cando tiña algún tempo morto e mobilizaba aos compañeiros para que me botasen unha man», cuenta desde el cabo de San Adrián, en Malpica, lugar al que suele acudir a caminar.

Ana García

A la construcción de estos nuevos ejemplares les dedicó 5.200 horas. Al primero de todos ellos, más de 2.000. Pero este tiempo incluso sigue creciendo si se le suma los períodos en los que también reprodujo carros de vacas, cosechadoras de maíz, grades, un caínzo y otro rastro. En total, cerca de una veintena de artilugios empleados antiguamente en las labores de la labranza «para que non desaparezan debido á importancia que tiveron, ao igual que agora a teñen os camións e demais transportes para que o mundo non se pare», señala.

Y es que Manolo se crio en el campo. «Ós cinco anos meus irmáns e eu xa valiamos para estar na entrada da chousa e evitar que as vacas saísen», recuerda. De hecho, los únicos estudios que cursó fue haciendo el servicio militar, durante 8 meses, aunque él bromea sobre que, estando ya casado y en el Reino Unido, primero fue a la universidad, después a la escuela, y más tarde, terminó en el hospital. En realidad, fue así, pero acudió para trabajar en los comedores y de celador. Ya antes de partir hacia Gran Bretaña con su esposa, fue repartidor de comestibles y carpintero.

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«Eu, só co que me ensinara o tío da muller durante un tempo, sabía facer cousas coas mans. A idea de empezar todo isto xurdiu a raíz de ver unha maqueta pequena dun bus de mistos. A partir dese momento entusiasmeime coa idea de pensar se sería capaz de facer un máis grande», relata. Más tarde, un compañero de Reading Transports lo animó a usar esa primera maqueta para recaudar fondos solidarios. Así, contribuyó a causas como una asociación de perros guía cercana a Reading, el departamento de diálisis del hospital de la ciudad, y ayudó a niños enfermos. Incluso ganó la medalla de bronce en una exhibición internacional en la sala Olympia de Londres.

Pero Manolo se quedó con ganas de más, siempre motivado por la caridad, confiesa. Al no tener hijos, gozaba de bastante tiempo libre. Ya trabajando en la capital para la compañía First Group, se puso manos a la obra para hacer otros dos ejemplares distintos. Sus jefes le propusieron que hiciera cuatro, siendo dos para ellos. Le pagarían el material de todos. Así llegaron a un acuerdo, aunque pasado ya el año 1995, el proyecto sufrió un parón. Y no fue hasta el 2019 cuando lo retomó, aunque con cambios. Entre medias, preparó otras obras.

Ana García

Dos mil euros de gastos en los últimos cuatro ejemplares

El resultado son dos buses interurbanos y otros tantos distribuidos en el interior como caravanas. En este último caso, le echó imaginación. Uno de los primeros, incluso lo pintó por fuera con los colores del club SD Sofán, al que estuvo muy vinculado recientemente. Todos los modelos de autocares fueron hechos en una escala reducida del 7 % para poder trabajarlos por dentro con sus manos.

Estos miden 83 centímetros de largo, por 25 de alto y 18 de ancho, unas medidas similares al MCW Metro. La madera es el principal material, pero también empleó plástico para las ventanas, telas para los asientos, el suelo y las alfombras; alambre... Los espejos retrovisores incluyen el efecto cristal. Televisiones, cuadros, cocina vitrocerámica, los tiradores de los cajones o el propio soporte para el papel de baño son otras de las miniaturas logradas con sus manos.

Pero son muchos los materiales (a veces reciclados) y los ajustes que tuvo que hacer tirando mismo de profesionales, por ejemplo, para las ruedas, de madera comprimida, y en las que tampoco falta detalle con las marcas de los neumáticos incluidas y las llantas. Por ello, él mismo se asombró al hacer la suma del gasto que generaron estas últimas cuatro creaciones: 2.000 euros.

Ana García

Bello Míguez, curiosamente, nunca ha expuesto en su tierra, la Costa da Morte. Se estrenará en la zona el próximo día 17 de este mes en uno de los departamentos del Centro Comercial Bergantiños durante todo el día. Está abierto a llevar sus maquetas a otros sitios. Los interesados pueden contactarle a través del correo lagarteira@hotmail.com. No descarta estudiar algún modo de retomar las donaciones a causas benéficas aunque «aquí é máis difícil», transmite. También se abre a vender alguna obra, como ya hizo. En su mente ronda la idea de hacer dos tráileres.