
A la falta de servicios hay que sumar ahora los problemas de seguridad ciudadana
19 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El que en su día fue vendido como el complejo residencial privado de referencia para el área metropolitana de A Coruña se ha convertido en un quebradero de cabeza para los propietarios de viviendas. No solo por la carencia total y absoluta de servicios públicos básicos, sino porque en los últimos tiempos se han detectado problemas graves de seguridad ciudadana, con robos, tráfico de drogas a pequeña escala, trifulcas, peleas, abandono de animales, robo de ganado, suciedad, abandono e, incluso, problemas de convivencia.
«La segunda fase, sobre todo, se ha convertido en una zona donde la gente monta sus caravanas y sus casetos con total impunidad. Aquí viene de vez en cuando una patrulla de la Guardia Civil, pero es insuficiente», relató un residente de la urbanización O Castelo desde hace años, que prefiere mantenerse en el anonimato. Y añadió: «Hace unos días unos ladrones entraron a robar en una casa con su propietaria, una señora mayor, dentro. Es lo que tiene estar alejado de todo el mundo, que se actúa con total impunidad». Este vecino también deja claro que «los estatutos por los que se rige el complejo residencial dejan bien a las claras que «no se puede montar en una parcela una caravana o instalar cuatro tablas y que eso sea una vivienda».
En la urbanización han detectado estos problemas de seguridad ciudadana hace «unos cuatro o cinco años». «Era en su mayoría gente que vivía con anterioridad en Penamoa y cuando se hizo la tercera ronda vino para el Xalo. Algunos de ellos son problemáticos».
A finales de diciembre del 2015 fue detenido un individuo residente en Monte Xalo por venta de droga. Le intervinieron un Mercedes, 4.230 euros en metálico y varios frascos con sustancias psicotrópicas, sobre todo cocaína y marihuana. Por estos hechos fue condenado a tres años y un mes de prisión. Con este operativo la Guardia Civil dio por desmantelado un punto de venta de droga en la zona de Cerceda, que también servía de suministro a consumidores de concellos limítrofes.
El alcalde de Cerceda, José García Liñares también abordó esta problemática de la seguridad ciudadana. Lo hizo ayer en el programa Cita co Concello. Además de la carencia de servicios y de un plan parcial urbanístico pendiente de aprobación y ratificación, habló de la existencia de un «problema máis grande» como la presencia de «familias pouco desexables» que ocasionan problemas de convivencia con el resto de residentes. Y puso el caso de una persona que tenía «uns corenta cans e logo deixounos abandonados».
Un residente ocasional del Xalo señaló que «existe el riesgo de que se corra la voz de que aquí se puede actuar con impunidad y que otras personas, vinculadas a la marginalidad, decidan instalarse en la segunda fase. Ya hay rumores de que algo así va a suceder y estamos preocupados».
Llevar todos los servicios supone unos ocho millones de euros
Monte Xalo carece de servicios básicos. Por no tener no tiene ni un depósito de agua en condiciones por lo que las restricciones están a la orden del día cuando deja de llover. Llevar el saneamiento y la traída supone, según los cálculos realizados por el alcalde de Cerceda, José García Liñares, una inversión de unos 8 millones de euros, que, como es evidente, el Concello no puede acometer. El equipo de gobierno trata de consensuar con la Xunta un plan para dotar de estos servicios a los casi 600 propietarios.
Pero al tratarse de una iniciativa privada los residentes tendrían que rascarse el bolsillo para sufragar parte de estas obras. Hace un par de años se celebró una reunión y se habló de un desembolso mínimo por propietario de entre 6.000 y 8.000 euros, una cuantía que muchos se niegan a pagar, y otros que, literalmente, no pueden afrontar.