Los nuevos mojones del Camino alejan una picaresca ya en declive

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. lado CEE / LA VOZ

CORCUBIÓN

JORGE PARRI

La sustitución de los hitos de piedra debería contribuir a clarificar aún más el trazado

20 feb 2018 . Actualizado a las 19:31 h.

Aunque nadie tiene muy claro para que, porque son piedras, además en muchos casos ya integradas en el paisaje y con la pátina del paso del tiempo, Turismo de Galicia está cambiando los mojones del Camino. La sustitución incluso genera críticas, como la del teniente alcalde de Fisterra, Xan Carlos Sar, a quien le parece «un despilfarro innecesario», ya que los representantes de varios concellos de la zona entendían esta mejora de señalización, solo como un refuerzo en los puntos con deficiencias.

En cualquier caso, lo cierto es que se están cambiando, en el antiguo aserradero de Corcubión hay ahora decenas de los viejos apilados, para reutilizarlos, según explicó la semana pasada el Xacobeo, y en distintos puntos como Dumbría o Cee ya se pueden ver los nuevos, con muy pequeñas variaciones, al margen de, evidentemente, el lustre de la piedra. Su sustitución debería contribuir a solucionar los puntos que generaban dudas y alejar la picaresca, fundamentalmente asociada a intereses comerciales, que durante años hicieron proliferar señalizaciones no oficiales e incluso generaron disputas sonadas. De hecho, alguna polémica todavía subsiste, como la denunciada en el pleno de Cee por el concejal de Ciudadanos, Plácido García, quien advertía del riesgo de que la localidad, como Corcubión y en menor medida Fisterra, quedase puenteada en favor de los itinerarios directos Dumbría-Muxía. Incluso el gobierno de Cee llevó a cabo su propia promoción, en cierta medida para contrarrestarlo.

El caso más sonado de estos desencuentros fue el de Lires, con el denominado camino de Muxía a Fisterra «pola costa», que primero tenía flechas amarillas, ante las quejas se tornaron en rojas y ahora perviven parte de ambas. En este mismo tramo persiste algún punto de ciertas dudas, más que nada porque la ruta va en ambos sentidos y eso siempre complica las cosas, pero los mejores conocedores de la situación, dicen que son menores y que el grueso de todas estas polémicas ya han pasado a mejor vida. El fisterrán Roberto Traba, que volvió a hacer el Camino hasta Santiago hace un mes, dice que no es fácil perderse, aunque sí había advertido un detalle en la glorieta de Ferroatlántica de Dumbría -en los mojones antiguos ya cambiados-, donde la estela de ambas conchas apuntaban hacia Muxía, no así las flechas indicadoras, por lo que lo atribuye a una casualidad.

El presidente de APTCM, Pablo Canosa, aunque como todos está a la espera de la delimitación definitiva anunciada por la Xunta, pero que no acaba de llegar, incide en que todas estas polémicas son más bien cosas del pasado y que los extravíos -insignificantes en relación con el volumen de peregrinos- obedecen más a descuidos y a que «a xente aventúrase», incluso de noche o por senderos que les resultan atractivos aún a sabiendas de que están fuera de la ruta.

También las variantes alternativas, como la impulsada por A Picota (Mazaricos) generaron polémica, aunque a juicio de Canosa no supone problema alguna, «que se lle indique ao peregrino un sitio onde vai ter médico, farmacia ou outro servizo que poida precisar. Non hai problema polas variantes alternativas, o único que non podemos facer é enganar á xente e que estea oito horas andando en redondo, como xa ten pasado aquí. Se lle dis onde está O Ézaro, paga 10 euros de taxi, ve a cascada e vén encantado, agradécecho». Además, incide en que la gran mayoría sigue sus propias planificaciones y guías, con lo que elige en función del cansancio.

Los peregrinos llevan desde el jueves sin la icónica foto del kilómetro cero

Pese a que todos son piedras, el mojón que marca el kilómetro cero de la ruta junto al faro Fisterra «non é unha pedra calquera», como dice su alcalde, José Marcote, porque los peregrinos no se hacen una foto con cada mojón del Camino, pero raro es el que quiere irse de la localidad del fin del mundo sin esta ya emblemático recuerdo. De ahí que su retirada el jueves y, sobre todo, que todavía no haya sido sustituido por el nuevo se convirtiese en poco menos que una cuestión de estado en Fisterra. Desde el Concello incluso se ofrecieron a ir por él a Corcubión y llevarlo otra vez cuando se cambie por el nuevo. El propio Marcote habló con Turismo, desde donde se disculparon por no haber avisado, y tiene previsto llamar hoy -ya lo iba a hacer ayer- a la empresa encargada para tener datos más concretos. A su juicio todo esto se habría evitado con una simple reunión de minutos para explicar al Concello, y por extensión a los vecinos, qué se iba a hacer, cuándo y por qué razones.