En 1578 se inició el patronato del santo en Corcubión
19 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Más de cuatro siglos (440 años) han transcurrido desde que en 1578 se inició el patronato de San Marcos en la villa, durante el cuarto condado de Altamira en la localidad. El representante de la Casa de Altamira que mayor vínculo tuvo con Corcubión, Rodrigo de Moscoso Osorio y Toledo, a la sazón conde de Altamira, heredó el condado a la muerte de su padre. Contrajo matrimonio en 1555 con la poetisa Isabel Leonor de Castro y Andrade, la principal promotora para hacer realidad que San Marcos se convirtiese en el patrón de esta villa.
San Andrés de Canle y su ermita, una población anexa origen del actual Corcubión, cada día tenían menos actividad. Eran contados los vecinos que cada vez con menos asiduidad subían a venerar a su santo. La nueva iglesia de San Marcos, más cercana al mar y al nuevo núcleo urbano, con una poderosa actividad comercial en comparación con el obsoleto y ruinoso núcleo de San Andrés, propició que la vida transcurriese casi exclusivamente en la localidad. La iglesia junto al mar en torno a la cual el actual Corcubión iba creciendo tenía una imagen traída de Italia, a la que todos los vecinos consideraban patrón.
Abierta las disputas, la ermita de San de Andrés, en el monte, a desmano, en estado ruinoso y con solo dos imágenes; y la de San Marcos nueva con una imagen ya venerada, se decide por acuerdo vecinal, eclesiástico y de la alta jerarquía, la unión de las dos parroquias en una a favor de San Marcos.
En 1578 reunidos las máximas autoridades, el cura rector de la nueva parroquia de San Marcos, Alberto González de Ozón, y el arzobispo de la curia compostelana, Francisco Blanco, se decide en un solemne acto tras haber compartido patronazgo durante varios años San Andrés de Canle y san Marcos, que finalmente ambas queden anexionadas, siendo el patrón San Marcos.
No conocida con exactitud la fecha de llegada de la imagen de San Marcos a Corcubión, es sabido que durante la Baja Edad Media las relaciones entre puertos italianos y gallegos eran habituales. Esta actividad se intensificó aún más tras la victoria de la Armada Española el 7 de octubre de 1571 sobre los turcos en Lepanto. Los marineros de Muros, con total probabilidad, en uno de sus viajes trajeron la imagen. Los viajes a Italia tanto del III como del IV conde de Altamira eran habituales, por lo que hemos de suponer que esta imagen fue encargada por el IV conde antes de su temprano fallecimiento, apenas cumplidos los 50 años. La labor fue culminada por su esposa Isabel Leonor.
Autor del segundo Evangelio, su festividad es el 25 de abril, tiene por símbolo el león alado, siendo patrón de notarios, abogados, artistas vitrales, cautivos, de Venecia y Egipto. La imagen lo presenta sentado y vestido como un Dux veneciano, un león alado a sus pies y los escudos en sus campos los «roeles de los Castro» a su derecha, junto con la «cabeza de lobo de los Moscoso» a su izquierda, en la parte superior del respaldo.
En torno a san Marcos y su llegada a Corcubión surgió una leyenda. Cuenta la leyenda que se encontraba la imagen a bordo de un buque de los que estaban en el puerto. Pasados unos días, el buque intentó hacerse a la mar para proseguir con su derrota de navegación, pero los fuertes temporales lo impedían. Un día la tripulación influenciada y empujada por supersticiones, decide dejar la imagen en tierra apreciando como el temporal comienza a amainar hasta desaparecer por completo. De este modo surge como leyenda la mezcla entre la verdadera historia y su llegada en barco, con la creencia popular.