
Xunta y Concello ultiman un plan urgente que incluye señalización y limpieza integral
10 feb 2020 . Actualizado a las 08:15 h.Pocos enclaves de la Costa da Morte tienen tantas referencias en el buscador de Google como el refugio de Verdes: 9.610.000 a fecha de ayer. No hay página de turismo rural o de viaje de referencia que no haga un aparte para hablar del paraje coristanqués. Sin embargo, la realidad es que este entorno privilegiado sufre un gran deterioro como consecuencia de un paulatino estado de abandono. La última gran actuación data de marzo del 2015 cuando la Xunta invirtió 60.000 euros. Desde entonces, nada de nada, salvo alguna actuación esporádica de los pescadores en el coto para la realización de labores de limpieza.
Ahora, el Concello de Coristanco ultima, junto con la Consellería de Medio Ambiente, un ambicioso programa para volver a ponerlo en valor. Así, a finales de esta semana está prevista la visita de técnicos de la Xunta de Galicia para evaluar y analizar las prioridades. Pero el alcalde, Juan García Pose, ya tiene clara la hoja de ruta a seguir.
Para empezar, hay que dotar tanto el entorno como los accesos con nueva señalización. «A idea é colocar sinais tanto na autovía como nas estradas principais que dan a Verdes, como no propio refuxio». Para ello, el Concello prevé una ayuda de 30.000 euros que aportaría el área de Turismo de la Xunta. La segunda fase del proyecto, también inmediata, es la mejora de los equipamientos públicos: «Arranxo das pontes de madeira, dos accesos, das mesas, as grellas, os asentos... Todo o que ten que ver co equipamento do refuxio». Para ello, el mandatario espera obtener una subvención de 40.000 euros procedente de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader). Y la tercera línea de actuación urgente y prioritaria es la limpieza del cauce y el desbroce de las sendas y los accesos al paraje, «incluso mellorando a accesibilidade a persoas con diversidade funcional».
Accesos y aparcamiento
Más a medio plazo, el alcalde tiene en mente dos iniciativas: la primera, ampliar el acceso a vehículos y dotar en las inmediaciones del entorno de un aparcamiento público, «incluso para autobuses». Con respecto al área de estacionamiento, el regidor plantea ubicarlo junto a la iglesia. Y de mejorar los accesos, Juan García Pose propone unir dos pistas que se convertirían en una sola «de sentido único». Pero claro, ambas actuaciones conllevarían realizar previamente una modificación puntual del plan xeral de ordenación municipal (PXOM) de Coristanco al tratarse de suelo con la calificación de «rústico».
Y por último, y como guinda del pastel de este proyecto, el ejecutivo local pretende poner en valor los 14 molinos existentes -además del gran batán- que se encuentran, en su mayoría, en estado de abandono. El mandatario ya ha iniciado los contactos con alguno de estos propietarios para proponerles una cesión al consistorio por un período determinado de años. A cambio el Concello de Coristanco se compromete a la rehabilitación y al mantenimiento de los molinos: «Iniciáronse algunhas conversas, pero queda o máis importante, plasmar todo iso nun papel», comentó el regidor, quien, en todo caso, se mostró optimista para sellar un acuerdo entre ambas partes.
Cabe recordar que a comienzos del 2015 el entonces alcalde, Antonio Pensado Plágaro intentó que los dueños cedieran al Concello la titularidad de los molinos durante un período de años, aunque finalmente aquella propuesta no llegó a fructificar.
La última actuación integral en el paraje data del mes de marzo del 2015
El muíño situado a la entrada principal ya no tiene el tejado en su sitio. No lo tiene desde hace meses, cuando se vino abajo como consecuencia del persistente estado de abandono que sufre y el azote de los sucesivos temporales, borrascas y ciclogénesis explosivas. Este icono del paraje representa la pobre tarjeta de visita para los turistas y vecinos que, cada año, acuden a disfrutar del refugio de Verdes, bien para comer, bien para pasear y jugar o bien para inmortalizarlo en una fotografía o en un vídeo. Verdes no es un emplazamiento cualquiera, se trata de una de las primeras áreas recreativas, sino la primera, medioambientales de la Costa da Morte.
Pero la enésima visita a este paraje coristanqués, regado por el río Anllóns, deja bien a las claras que precisa de una actuación integral urgente.
El estado de abandono que presenta no se corresponde con el de un entorno tan rico desde el punto de vista medioambiental
y paisajístico. Hace ya bastante tiempo que la desbrozadora no hace acto de presencia. Las silvas, las hierbas altas y la maleza se han adueñado de gran parte del trazado.
En uno de los tramos hay un enorme tronco, que ejerce de tapón para los senderistas. El musgo que lo recubre es indicativo de que nadie ha hecho lo más mínimo por retirarlo. Parte del mobiliario público sufre estado de abandono o, literalmente, ha sido objetivo de los vándalos
Mientras, el cauce del río Anllóns abandona a su suerte en sus amplias y variadas orillas a su suerte gran cantidad de restos de árboles, maleza, botellas de plástico, bolsas...
Pero lo que más llama la atención es el mal estado de la mayor parte de los muíños, tres de ellos de titularidad municipal, según apuntaron en su día desde el consistorio coristanqués. Solo junto al acceso, además del que está a la entrada del refugio, hay otros tres situados más abajo, junto a la senda. Y salvo uno, los otros dos están huérfanos de un tejado que los cubra. Y, mientras, la última actuación integral en el refugio data de marzo del 2015.