Federico Pena, de la gasolinera Mingacho de Carballo, habla sobre las dificultades que padecen las gasolineras por parte de las grandes, y sobre todo las que optan por el mercado libre
25 ago 2024 . Actualizado a las 15:33 h.La gasolinera Mingacho, en la salida de Carballo hacia Santiago, tenía ayer el diésel con una tarifa muy buena, de 1,258, como la de Capelán de Coristanco, un poco por encima de O Corgo (A Laracha) que estaba en 1,24. Estas y las de Bértoa son las que tenían la cifra más económica de la zona, según el Portal de Hidrocarburos del Ministerio, lejos de la tarifa más alta, 1,559 en Zas. Son 40 céntimos de diferencia entra la parte más alta y la más baja.
Las gasolineras clásicas, como la de Mingacho, ofrecen servicios impensables en las de bajo coste, además de dar mucho empleo. Y muchos conductores aún lo valoran especialmente. Federico Pena, el gerente de Mingacho, acude al mercado libre desde principios de año en esta estación, cansado de las condiciones que le ponían. Cuando entró, rebajó mucho sus precios: «Exprímennos moito, e o que facemos é sobrevivir. As condicións que marcan son moi duras, que apenas deixan ganancias, os grandes condicionan o que queren», dice, pero añade que eso se también se sufre en muchos más negocios.