La desconocida historia de los llamados Muíño da Moleda y Muíño de Priegue
27 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Con la construcción de la nueva pasarela todo visitante tiene ya la oportunidad de disfrutar la caída de la cascada. Unos metros antes del final del recorrido se contempla en la margen izquierda los restos de una rueda y los muros de un molino harinero, conocido por los ribereños como Muíño da Moleda. En la misma vertical y a unos 30 metros más alto, rodeado de arbustos, hay restos de otro molino con su vivienda en el lateral norte, conocido como Muíño de Priegue. Para conocer un poco la historia de estos molinos hay que retroceder a comienzos del XIX. Sobre el año 1900 el mar cubría parte de los terrenos que en la actualidad fueron rellenados con escombros. La Hidroeléctrica del Pindo compró los terrenos para la primera hidrocentral y una casa-vivienda adyacente para los jefes y empleados. Era una finca de unos 3.500 metros cuadrados, de labradío y pinar conocida como Prado de Riaño. Además, en una franja de terreno a lo largo del río por la margen derecha, se construyó la presa para conducir el agua por un canal con dos túneles que conectaban la bajada a las turbinas mediante dos tuberías de 1,3 y 1,7 de diámetro (desaparecidas). Esta compra estaba condicionada a mantener el caudal del agua al molino de Priegue y la servidumbre por un sendero al embarcadero. Sobre el año 1948, con la construcción de la central de Castrelo, estos derechos fueron comprados por la nueva empresa y el sendero y el caudal del molino se perdieron, lo que motivó un pleito del dueño del molino aguas abajo da Moleda, por falta de agua. El dueño de todos estos terrenos era Pedro Sendón Seijas, un vecino acaudalado de Berdeogas (Dumbría), que fue secretario de los ayuntamientos de Dumbría, Muxía y Mazaricos (murió en 1922). A falta de confirmarlo, se rumorea que estos terrenos fueron adquiridos por subasta tras la desamortización de Mendizábal. Se desconoce la fecha de construcción del molino de Priegue. Pienso que lo construyó Sendón para más tarde arrendarlo a una familia de Figueiras, en Mazaricos. El molino constaba de dos edificios separados por una medianera común. Uno, de unos 50 metros, hacía de vivienda con ventanas y puerta al oeste separado por una medianera del molino de dos rodicios por el lateral este. Tenía un enorme cubo por el lateral norte reforzado con pilares para evitar el empuje sobre la vivienda, que recibía el caudal del Xallas mediante un canal natural. El agua que salía de este molino era aprovechada, aguas abajo, por el de A Moleda. Me contaron que subir al molino de Priegue por el sendero rocoso era muy peligroso en tiempo lluvioso. Los refugiados de la guerra tenían una caverna cercana en la otra margen. Sabían los horarios y las mujeres que lo usaban. Un día lluvioso uno de los refugiados contempló horrorizado cómo su hermana resbaló rodando rocas abajo con el resultado de muerte.