Dumbría adorna la cascada de O Ézaro con una pérgola de 400 metros cuadrados

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / L AVOZ

DUMBRÍA

ANA GARCIA

Añade aún más valor a un espacio ya de por sí emblemático: es uno de los puntos claves de la Costa da Morte

09 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La cascada de O Ézaro tiene un enorme valor natural y paisajístico por sí misma, pero en los últimos años diversas actuaciones lo han multiplicado, sobre todo desde el punto de vista turístico. El bulevar, el puerto, el arreglo de los jardines, la iluminación nocturna, los servicios de atención turística y baños, la primera pasarela o la segunda flotante (en parte) fueron llegando poco a poco, y ahora le llega el turno a una enorme pérgola situada en la zona previa a la central eléctrica y el acceso a la fervenza. Una enorme plaza de 416 metros cuadrados, que permitirá albergar actividades abiertas al público durante todo el año, y también alojar los puestos de venta (recuerdos, bebidas, artesanía...) que hasta ahora se agrupan unos metros más adelante. Ahora, cada uno tendrá su lugar reservado, con armonía estética, y pagando un canon tras ganar el concurso público que se sacará para optar a esas plazas, generando ingresos y mejorando la ordenación urbanística.

La pérgola es especialmente llamativa, pero ante pocos, dado que Dumbría, y la comarca en general, acumula ya muchas semanas en cierre perimetral, además de ser la temporada del año que en circunstancias normales menos visitantes tendría. En el verano sí se pudieron ver las obras avanzadas, pero ahora, a falta aún de algunos detalles, ya casi está lista. E incluida en el inventario de bienes municipales, trámite realizado en el pleno celebrado el jueves. La nueva instalación cubre un ámbito exacto de 416 metros cuadrados, apoyada en 16 pilares metálicos, circulares y huecos en un círculo de 8,35 metros de radio. (16,70 de diámetro). Que la cubierta sea acristalada proporciona un espacio diáfano y garantiza la iluminación. En el cristal está grabado un símbolo celta, la espiral «que representa a eternidade», como se explica en el documento municipal. Esa cubierta tiene vigas radiales que se unen en el centro en una sola pieza.

Ocho casetas interiores y casi 350.000 euros de presupuesto

La pérgola da cabida a ocho casetas estacionales turísticas, prefabricadas todas ellas, pensadas para usar en las temporadas de primavera a otoño. Tienen 2,72 metros de frente y 1,85 de fondo, con una altura interior libre de 2,25 metros. Combinan la madera laminada, el bastidor metálico de acero o los paneles, además de una persiana en cada puesto.

Su coste ha sido de 66.348 euros. Y a esta cantidad hay que sumar los 281.610 euros de ejecución material del proyecto, así que el total no está lejos de los 350.000 euros. Muchos menos, aunque también la obra es menor, que los 650.000 de la pasarela flotante, que se nutrió de fondos del GALP, el plan eólico, la Diputación y el propio Concello. El suyo fue un largo recorrido, ya que se había anunciado en el 2014 y llegó casi seis años más tarde. En el caso de esta nueva infraestructura, todo ha ido mucho más rápido, y en plena pandemia.