El centenario barco enterrado en la arena que emerge de vez en cuando

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

Los restos del barco, ayer por la tarde
Los restos del barco, ayer por la tarde ALICIA CARRILLO

El vapor portugués Silva Gouveia puede verse estos días en la playa de O Rostro, en Fisterra

24 dic 2020 . Actualizado a las 17:26 h.

Ocurre algunas veces al año: mareas vivas o muertas, fuerte oleaje... El caso es que el mar se lleve una buena porción de arena, y entonces se ve: emerge parte el esqueleto del Silva Gouveia, un vapor portugués que embarrancó en la playa de Rostro, en Fisterra, en 1927. El 23 de diciembre, para ser exactos, así que ayer se conmemoró el 93.º aniversario de ese accidente. Y, por casualidad en el día justo de la efeméride, Alicia Carrillo, fisterrana y buena conocedora del mar y de las profundidades de Fisterra (tiene la empresa Buceo Finisterre) estaba ayer por la tarde en el enorme arenal y descubrió el armazón. Otras veces, cuando esto ocurre, son muchos los curiosos que acuden a ver los restos del barco, pero esta vez no va a ser posible, ya que el municipio de Fisterra está cerrado por los elevados casos de covid.

Los restos del barco, en marzo del 2014
Los restos del barco, en marzo del 2014 ALVELA

El Silva Gouveia llevaba una carga de azúcar que fue recuperada. Había sido construido en 1906 en Middlesborough, y medía 64 metros de eslora. Podía mover 1.200 toneladas de mecancía, con una tripulación de 26 personas. La víspera de Nochebuena de 1927, cuando embarrancó, hacía la ruta de Hamburgo a Oporto.