TURISMO A TODA COSTA | Por el espacio expositivo, en el castillo de San Carlos, han pasado ya unas 130.000 personas. Viene de cumplir 15 años, a comienzos de este noviembre
23 nov 2021 . Actualizado a las 23:15 h.«Y después decimos que el pescado es caro...». Cuando el guía y poeta Alexandre Nerium escucha estas palabras en boca de los visitantes del Museo da Pesca de Fisterra, y no son pocas veces, entonces se siente bien orgulloso de su trabajo, porque sabe que todo lo que él ha trasladado sobre lo que cuesta «traer o peixe á terra» ha calado. Entrar al Museo da Pesca de Fisterra es iniciar un viaje de salitre y conocimiento, de aprendizaje absoluto sobre este oficio y su evolución. Aunque uno sea el más profano en la materia, llega a meterse en ella. A comienzos de este mes, el día 4, se cumplieron 15 años de la inauguración de un espacio que, evoca Alexandre, partió a su juicio con tres objetivos: conservar el patrimonio marítimo, cultural, material e inmaterial; divulgar hacia el mundo (el 30 % de los visitantes son extranjeros) la idiosincrasia de la pesca en Fisterra y cómo la vivieron y viven sus protagonistas, y dignificar a las mujeres y hombres del mar. «As tres cousas penso que as intentamos conseguir», reflexiona Nerium.
El guía, que también fue hombre de mar, celebra que el museo haya llegado a los tres lustros, porque realmente tuvo «etapas duras». Aunque ya Plácido Castro Rivas y Esmorís Recamán habían soñado con este proyecto mucho antes, en el siglo XX, fue una tragedia ambiental, la del Prestige, la que espoleó finalmente el aprovechamiento a nivel turístico de este singular espacio, que no es otro que el castillo-batería de San Carlos. Antes de que el museo abriese, la zona se había convertido en foco de botellones y vandalismo. «Alí había xeringuillas, papeis de aluminio... Todo se recuperou e hai que ver para o que valía entón e para o que vale hoxe, como cambiou este monumento patrimonial».
Titularidad de la cofradía de pescadores, esta reclamó en reiteradas ocasiones la puesta en valor de la fortaleza, algo que se produjo finalmente en el marco del Plan Galicia y con una inversión de la Xunta para la restauración del espacio de 200.000 euros, como recogía la crónica de la inauguración en La Voz. La cofradía sigue siendo la titular del museo, aunque lo gestiona el Concello. Nerium tiene en estos momentos el apoyo de otra guía para atender a los visitantes, Elena Isabel Miñones, y está más que agradecido. Solo desde junio han recibido al menos 7.000 personas y él llegó a quedarse sin voz: «Eu só podía poñerme na porta e tocar o corno... Se non fora por ela...».
«Houbo moitas cousas bonitas, sobre todo por tanta xente como pasou por aquí...»: desde Premios Nobel a compositores, escritores como Elena Poniatowska, el vicepresidente del Royal Navy Museum... El Museo da Pesca no tiene grandes dimensiones, pero sí es infinito en saber. Según el último recuento del guía, han pasado por la instalación, desde el 2006, unas 130.000 personas, y eso que tuvo épocas de cierre. Cada vez va a más, algo que Nerium atribuye a la mayor difusión y divulgación en diversos canales: prensa, radio, televisión, Internet... Evoca el guía aquel lema de antaño, A cultura do mar entre troneiras, el antes y el ahora de aquella batería bélica que hoy es una parada imprescindible para cualquier peregrino, turista o visitante que se acerque a Fisterra.
«A xente que vén aquí busca algo que non atope noutros museos», reflexiona. Cómo vivía la gente del mar en épocas pasadas, toda la evolución desde instrumentos muy antiguos que han derivado a la tecnología actual. Del escandallo al sonar. En este tiempo se ha ido sumando algún material, exposiciones fotográficas... Se han mejorado cosas, pintado, pero la esencia y la entrega son las mismas. Aunque tuvo épocas de ser gratuito, entrar al Museo da Pesca cuesta actualmente dos euros. Alexandre, alma viva del recinto, fue en su día defensor de la gratuidad, porque entendía que la cultura debería serlo, pero ahora está convencido de que, pagando una cantidad simbólica, la gente da más valor a lo que ve y escucha con mayor atención. Revierte, sobre todo, en fondos para el mantenimiento del espacio, un modelo que él vería muy válido para patrimonio desaprovechado.
EL HORARIO
Situado en el castillo de San Carlos, el Museo da Pesca abre en estos momentos de martes a sábado de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.00 horas. Los domingos, de 11.00 a 14.00. El lunes es la jornada de cierre.