31 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.
Sacar un plan general adelante es una odisea en la mayor parte de los concellos, fundamentalmente porque no se hace pedagogía urbanística. Muchas veces, a lo más que aspiran desde los ayuntamientos es a legalizar las aberraciones y desmanes. El voto cautivo lleva a que los gobernantes municipales hagan, primero, la vista gorda y, luego, elaboren planes para legalizar lo que no se podía o debía construir. En Fisterra empiezan a salir a flote, pero aún queda el Prepi. A ver si sale en un lustro de estos.