Fisterra cambia el PXOM y tratará de arreglar el conflicto legal de A Anchoa
FISTERRA
La primera modificación urbanística afecta a numerosos ámbitos
26 oct 2023 . Actualizado a las 20:39 h.La primera modificación puntual del Plan Xeral de Fisterra, aprobado en septiembre del 2019 (que ponía fin a las normas subsidiarias del 96), llega justo al final del mandato, y viene cargada de contenido. Aún tardará en ser efectiva, seguramente habrá variaciones o añadidos, pero al menos está en marcha. Por ahora, en sus primeros pasos, los de la evaluación ambiental en la Consellería de Medio Ambiente. Quedará aún una exposición pública y, en último y decisivo caso, en manos la Xunta, ya que es la Administración autonómica la que decide qué sí, cómo, y qué no.
Justamente la intervención de la Xunta será clave para ordenar, de una vez por todas, el caos jurídico que afecta a numerosos edificios de la recta de A Anchoa y parte de la Avenida de Galicia (su continuación hacia el casco urbano), debido a reiteradas sentencias que dejan sin licencia centenares de pisos. Además de los problemas que eso ocasiona o puede generar a los propietarios, afecta a detalles más pequeños de la vida diaria, como puede ser un simple enganche.
Correcciones y ajustes
El documento no es una tabla rasa para este ámbito, sino una corrección de errores o ajustes a la realidad que tienen que ver con espacios libres privados en muchas de las parcelas, que quedaron fuera de suelo urbano, con lo que la ordenanza correspondiente no se puede aplicar. O casos en los que se aplica la de residencial en bloque exento y no la de edificación entre medianeras. O fallos en los viarios que no se extienden en toda su alineación, como deberían. O un aparcamiento público cuya titularidad no puede acreditarse, además de zona verdes que en la normativa actual aparecen como equipamientos, entre otros. Aspectos técnicos, a veces de muy pocos metros de incidencia en un edificio, pero que a la hora de la verdad judicial han generado sentencias siempre desfavorables para los propietarios y para el Concello, a mayores de que la ejecución de esos fallos no está clara: derribar para adaptar sería muy costoso, además de las indemnizaciones. Son procesos en marcha tras 16 años de pleitos que siguen vivos porque la APLU ha seguido adelante. «E xa que a Xunta está detrás nisto, pois hai que buscar unha solución a todo o problema», explicaba ayer el alcalde, José Marcote.
Pero, con ser la zona de A Anchoa la que tiene más relieve por su necesidad y su historial jurídico, esta modificación es mucho más extensa, y afectará desde a grandes espacios como a pequeños núcleos. Por ejemplo, para el suelo urbano de Fisterra se prevé habilitar un aparcamiento, que irá en un solar próximo a la zona de A Lareira (Alcalde Fernández), con acceso directo (respetando la zona próxima a la vía, con opción de edificación).
Más adelante, cerca de la iglesia, también habrá dos aparcamientos, en la zona de la pista polideportiva y del Campo da Resurrección. Pero esto ya viene de atrás (no es de esta modificación), con un proyecto de la Deputación y un necesario convenio con el Arzobispado, el titular de los terreno.
En este ámbito, por cierto, se limita la edificabilidad de bloques allí donde aún era posible conforme al actual PXOM, dejando solo la opción de viviendas unifamiliares.
Con esta modificación, el Concello también quiere eliminar las discrepancias existentes en el trazado del Camiño, como la «dualidade» entre los núcleos rurales de Padrís y Suarriba, y también se corrige una parte en Vigo (Duio). Los cambios son muchos más, y tienen que ver especialmente con alineaciones, ordenanzas aplicables y aspectos menores en Sardiñeiro, Buxán, Rial, Castromiñán, Denle, Pardiñas o los dos Ermedesuxo. Menores según se mire, ya que para muchos titulares las variaciones suponen construir o no, o qué tipo de ampliación y obra se puede hacer.