Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

«A maioría dos turistas non saben que o inventor do futbolín era de Fisterra»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

BASILIO BELLO

Damián Santamaría, un joven de Porto do Son, guio este año a centenares de visitantes en una ruta por el casco urbano de Fisterra

07 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Iba para profesor, pero al final acabó descubriéndole a cientos de personas este verano que el inventor del futbolín era de Fisterra.

Damián Santamaría, un joven de Porto do Son de 25 años, estudió lenguas modernas en Santiago, pero con el paso del tiempo comenzó a darse cuenta de que lo suyo era la divulgación del patrimonio y pronto se especializó en la materia cursando un máster de servicios culturales en Lugo. No tardó en recibir una llamada de una empresa compostelana, We Galicia, que buscaba personal para iniciar un proyecto de rutas guiadas de precio libre (free tours) en Fisterra y se embarcó en esa nueva aventura entre Semana Santa y el pasado mes de octubre, cuando dio por finalizada la campaña.

«Funcionaron moi ben dende o minuto 1, a pesar de que levabamos un pouquiño de medo ao principio, porque esta modalidade de rutas guiadas aínda non están moi asentadas en Galicia. Eu mesmo sabía o que eran, pero nunca me animara con ningunha. Ben é certo que agora, que xa sei ben como funcionan, nunha recente viaxe a Milán o primeiro que fixen foi reservar unha», explica el joven natural de Porto do Son y residente en Santiago.

Comenzando por la Praza da Constitución, y durante una hora y media, Damián iba guiando a los visitantes por diferentes puntos de la localidad. Tras hacerles una pequeña contextualización sobre historia, toponimia o relación con el Camiño Xacobeo, dirigía al grupo hacia la Rúa Real, en donde les hablaba de arquitectura y de una personalidad desconocida por la inmensa mayoría de los participantes. «Cando lles falaba de que o inventor do futbolín era de Fisterra quedaban moi sorprendidos, pois case ninguén coñecía a figura de Alexandre de Fisterra», explica Damián.

A continuación, tomaban rumbo al monumento al emigrante, al puerto y a la lonja turística, a donde procuraban entrar los días de subasta para que los visitantes viesen con sus propios ojos como se hace la puja del pescado. «Xunto coa historia de Alexandre, é probablemente a parte do percorrido que máis gustou», indica el joven, que a continuación seguía hacia la Casa do Arco, para contemplar las vistas panorámicas; la Capela do Bo Suceso y, por último, el Castillo de San Carlos. «É o perfecto colofón final, pois Manolo [o guía do museo, Alenxandre Nerium] coñece como ninguén esta zona e a actividade mariñeira», sostiene Damián, que considera que este tipo de rutas han de ser «entretenidas» y «amenas». Eso es lo que trató de hacer con el material que le proporcionó la empresa, aunque al final acabó empapándose de leyendas, datos e historias que le fueron contando los vecinos en sus meses en Fisterra.

Los meses de mayor afluencia, dice, fueron julio y agosto, especialmente este último, en donde tuvo días de hasta tres grupos diferentes. Uno de ellos, el más numeroso, de 36 personas. «Non foi doado, pois tanta xente, en pleno agosto, pola Rúa Real...», señala, pero no por ello fue menos gratificante. De hecho, cuando en octubre terminó la temporada abandonó Fisterra con un sentimiento un tanto agridulce al no poder continuar el resto del año con la actividad. «O resto dos meses teño un traballo totalmente diferente en Santiago. É unha mágoa, pero o turismo baixa tanto que é practicamente imposible vivir disto». Aun así, ya ha confirmado con la empresa que el año que viene volverá a repetir experiencia con este tipo de rutas guiadas en las que el pago, al final de las mismas, es a voluntad. «A xente soe portarse, e como xa coñece este formato xa vén sendo coñecedora de como funciona», indica Damián.

Sin ningún tipo de vínculo familiar con Fisterra y sin conocer la zona más que por visitas esporádicas, se confiesa encantado con la comarca y cree que las rutas a voluntad podrían extrapolarse a otras localidades vecinas, como Muxía, que tienen «moita historia que contar» más allá de los puntos de mayor atracción turística. «Moita xente dicíame que a Fisterra viñeran polo faro, pero marcharan coñecendo a historia de todo un pobo», reflexiona el sonense.