Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Cuarenta años de pescadería con alma de Laxe y corazón de Os Mallos

Emiliano MOuzo A CORUÑA / LA VOZ

LAXE

ANGEL MANSO

La feria de A Ponte do Porto unió a los fundadores de la pescadería Seixo Branco, en el barrio de Os Mallos

11 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el argot marinero se dice que en martes ni te cases ni te embarques. Y menos aún si es día 13. Pero para Manuel Pastoriza Pérez, natural de A Coruña, y para Jovita Veiga Álvarez, nacida en Lugo, las supersticiones no existen.

Y sí se saltaron las hechicerías, pero el tiempo, «e a lóxica», dice Manuel, le dio la razón porque fue un martes 13 de 1977 cuando decidieron montar su negocio, una pescadería en Os Mallos, y como buenos pescaderos la bautizaron como el acantilado de la cicatriz blanca, O Seixo Branco, un monumento natural de la costa de Oleiros. «E aquí estamos». La Costa da Morte tiene mucho que ver en todo ello: los primeros viajes por las ferias (se conicieron en una, la de A ponte do Porto), hace ya mucho; la nueva entrada en la familia (y actual corresponsable), las compras diarias...

«Primeiro instalámonos case na esquina de San Vicente coa rolda de Outeiro», explica Jovita. Pero el negocio fue viento en popa «grazas a fidelidade os nosos clientes e a apostar pola calidade, así que decidimos trasladarnos para onde estamos agora», en el bajo del numero 28 de la calle San Vicente.

Pero la historia de Manuel y Jovita comenzó mucho antes de abrir O Seixo Branco. El hombre recorría todas las ferias, especialmente la de A Ponte do Porto y la de Baio. Vendía hojas de bacalao y de maruca salada. Ella también viajaba con un puesto, de ropa interior de hombre y mujer.

«Foi nunha desas feiras, na de A Ponte do Porto ónde lle puxen o ollo porque era, e aínda é, moi guapa, moi feitiña», cuenta Manuel. «El tamén era moi bo mozo, e moi espabililado, moi traballador», indica Jovita. Y Llegó el amor, y la boda, y un hijo, Alberto que junto con su mujer María del Carmen Pose Cancela, natural de Laxe, uno de los puertos pesqueros más importes de la Costa da Morte, son los que regentan ahora O Seixo Branco, aunque desde los 16 años Alberto ya comenzó en este mundo del pescado y marisco fresco con sus padres. «Incluso abrí una pescadería en O Burgo. Me iba bien, pero me vine para aquí a los 23 años». Ahora tiene 45.

Comienzos muy difíciles

Manuel dirigía una empresa de salazón en el Espíritu Santo, «pero a cousa non foi ben», recuerda. «Quedamos sen nada, nin empresa nin cartos».

Y pensó que no iba a levantar cabeza y lo único que conocía era el pescado. «Jovita vendeu todas as poucas xoias que tiña e cos cartos puidemos alugar o primeiro baixo». Con ese dinero también pudieron dar la entrada para una báscula.

Las instalaciones no eran las más adecuadas, «por non ter non tíñamos nin neveira». Por ello compraban el pescado justo para los clientes «e o xeo era o que mantiña fresco a mercadoría cando nos quedaba algunha peza para o día seguinte. Foi moi duro levantar isto», subrayó.

«Vamos todos los días a la lonja laxense y después bajamos al Muro

 

 

Alberto y su mujer revolucionaron la pescadería. «Mi padre compraba más pescado del Gran Sol, el nuestro es ahora todo del día». Sus progenitores apenas apostaban por el marisco, hoy el Seixo Branco es un referente en toda la ciudad. «Tenemos clientes de todos los barrios de A Coruña, desde Monte Alto o los Rosales y hasta Matogrande», indicó. De hecho, para traer pescado y marisco de la mejor calidad «voy todos los días a la subasta de la lonja de Laxe. Allí siempre hay especies de calidad suprema. Después bajamos al Muro, la mejor rula del mundo, dice Alberto. Este trabajo es tan duro «que apenas dormimos. A las cinco de la tarde vamos a Laxe y a las cuatro de la madrugada al Muro. Pero que todo sea por dar el mejor servicio a nuestros clientes».