Así cambió tu pueblo: Malpica, de puerto base para la flota de cetáceos a un bastión de la burbuja inmobiliaria

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

J.M.CASAL

La cuestión urbanística ha marcado la historia reciente de la localidad

10 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En el 2004 se abrió una calle entre Seaia y Canido. Se daba respuesta con ello a la necesidad imperiosa de mejorar las conexiones de una zona que en esos años creció de forma desmesurada. Malpica acabó siendo un bastión de la burbuja inmobiliaria. Los muchos pisos que no se pudieron vender entonces tuvieron una nueva oportunidad en la pandemia, cuando la gente de las ciudades vio como un respiro la adquisición de una segunda residencia en un lugar tranquilo. A 35.000 euros llegaron a venderse apartamentos con trastero y plaza de garaje.

En pocos años, Canido pasó de ser un paraje casi virgen a una zona súper urbanizada, donde viven jóvenes parejas de alquiler o donde en verano o Semana Santa residen familias venidas de Madrid o A Coruña.

J.M.CASAL

Las cuestiones ligadas con el urbanismo y las construcciones han convertido ese asentamiento que nació como base de operaciones para la flota ballenera en un lugar irreconocible. Apenas nada queda de esa época y lo que más llama la atención es el crecimiento desordenado de la localidad, que ha tenido momentos clave.

Entre los 60 y los 70, explica Xurxo Alfeirán, Malpica era un puerto pesquero muy activo que dio muchas ganancias. Fue en esos años cuando muchas de las viviendas de una o dos plantas que componían el paisaje urbano fueron cambiadas por construcciones con muchas más plantas. También fue la época en la que comenzó a crecer de forma desaforada la zona de la Atalaia, que debía convertirse en el pulmón de la localidad.

A finales de los años 80 se planteó la renovación de las normas subsidiarias, pero hubo un auténtico levantamiento popular, que demostró la importancia que los malpicáns le daban a la posibilidad de construir casi en cualquier lado. La vista desde la zona de O Ventorrillo ha cambiado de forma extraordinaria, con grandes edificios en el área de la playa que tapan la vista y dan sombra. Apenas ha habido reserva de espacio para dar servicio a todas estas construcciones, lo que ha derivado en un grave problema de aparcamiento, que casi se limita al puerto.

Este es una de los espacios que más ha cambiado en los últimos años. En el 2010 se llevó a cabo la reforma de la fachada marítima de la localidad. Xoán Creus y Covadonga Carrasco lograron actualizar un área que estaba muy degradada, hasta el punto de que consiguieron un premio del colegio de arquitectos.

ANA GARCÍA

Los servicios para la pesca fueron aumentando a medida que se reducía la flota. A principio de los años 80, los barcos apenas cabían en la dársena, apretados costado con costado. Ahora, muchos de ellos tienen ya base en A Coruña. Sin embargo, las instalaciones son de lo mejor, desde la nueva lonja hasta la fábrica de hielo, una de las mayores o la nave de rederas y los departamentos para los armadores, en el muelle sur.

Para muchas personas de cierta edad lo que también ha cambiado son las relaciones sociales. Xurxo Alfeirán recuerda cuando los niños jugaban en la calle y las atracciones y discotecas que había, un mundo que ha desaparecido y que se intenta recuperar en la Casa do Pescador y en el Centro Cívico.

LO MÁS DESTACADO

Arquitectura

Fachada marítima. El trabajo de Xoán Creus y Covadonga Carrasco fue premiado por el colegio de arquitectos y supuso un antes y un después para la localidad.

Urbanismo

Pendiente del PXOM. El intento de revisar las normas subsidiarias en 1990 fue una catástrofe y el municipio es uno de los pocos que sigue sin planeamiento urbanístico actualizado.

Zonas verdes

Atalaia. Podría ser un pulmón verde para Malpica, aunque la construcción creció en esa zona de forma muy caótica.