El cacereño de 28 años que se enamoró de las olas de la Costa da Morte y abrió la primera clínica de fisioterapia en Malpica

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

ANA GARCIA

La cantera del talento | «Surfear me cambió la vida. Ahora sería incapaz de separarme del mar», dice Abelardo Andrada. Colaboró con protectoras de animales abandonados y con una oenegé de cooperación al desarrollo en Guinea Bissau

04 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La relación de los surfistas con la Costa da Morte es idílica por razones evidentes. Cada vez, este deporte acerca a más personas a la zona, y algunas, incluso deciden quedarse. Es el caso de Abelardo Andrada García, cacereño de 28 años (en unos días serán 29), que llegó a Malpica justo antes de la pandemia y ahora, no solo vive allí, sino que desde el pasado verano dirige la primera clínica de fisioterapia del municipio, Onda Fisio. Hasta el propio nombre del negocio llevó su pasión por las olas y también la retranca. «Onda vas? Onda fisio», explica él entre risas. Ya controla mucho el gallego. No solo lo entiende, sino que se anima a hablarlo. Es castrapo por el momento, afirma el joven.

Nació en la ciudad de Cáceres, aunque se crio entre la urbe y Casar de Cáceres, un pueblo cercano. Su padre es ganadero. Se marchó estudiar la carrera a Madrid, donde empezó a trabajar con 23 años. Pero fue a través de su novia como llegó a Galicia. Extremeña, cursó Medicina en Santiago. «Un chaval de aldea coma min necesitaba salir de Madrid», reconoce.

En el 2018 llegó a Marín. Empezó a surfear, algo que, según traslada, le cambió «la vida». Pero claro, «las Rías Baixas para eso no se prestan mucho», matiza. «Conocí a Toni [de la escuela de surf de Malpica], vine un par de veces y fue amor a primera vista», relata. «Aquí el covid fue de película», añade. Se hizo su grupo de amigos y empezó a trabajar en clínicas de la zona. Pero pronto empezó a pensar en la idea de montar su propia empresa para poder trabajar a su manera, desarrollando y potenciando los aspectos que le interesaban. Tenía ciertas dudas, sobre todo, por el invierno, más parado en la localidad. Pero hizo un estudio de mercado, detectó que era un servicio que no existía en el municipio y dio el paso. «Desde que abrí, no paré», asegura. «Hay una demanda altísima con una población envejecida y unos marineros muy desgastados por la humedad y el frío. Estoy muy agradecido por la acogida», añade.

ANA GARCIA

Está especializado en punción seca y, también, en hipopresivos y pilates; técnicas que también implementa en su establecimiento junto a la rehabilitación y el entrenamiento funcional. Su trabajo, según explica, se basa en el ejercicio terapéutico. «Que la gente se responsabilice con ciertas prácticas rutinarias para obtener mejoras en su patología a largo plazo», sostiene.

En el futuro quiere orientarlo, sobre todo, a su pasión, el surf, ya que, según cuenta, estos deportistas tienen muchas lesiones en los hombros, las rodillas y la espalda. De esta manera, con fisioterapia y ejercicios enfocados a la rehabilitación y prevención para los surfistas y los deportistas acuáticos en general; un servicio que de manera especializada no existe en la comarca. En este sentido, actualmente ya trabaja con un grupo de atletas.

Por el momento, atiende a los clientes él solo, pero en su mente ya ronda la idea, en el futuro, de «seguir creciendo», con una «clínica colaborativa» que ofrezca un «tratamiento integral», con más servicios como la podología y la nutrición, inexistentes allí por el momento «y tan necesarios», alega. Y es que si algo tiene claro es que ahora sería «incapaz» de separarse del mar. Desde siempre le gustó y estuvo ligado de alguna forma al practicar natación desde niño. Además, dice que la Costa da Morte es el destino «ideal» para los surfistas, ya que «no está masificada», y con una relación de «precio y calidad de vida comparable a pocas zonas». Eso sí, alerta de que cada vez más está llegando gente joven que quiere asentarse en la zona y emprender y no puede debido a los problemas derivados del alquiler vacacional. «Si no tienes continuidad, imposible quedarte», resalta. Y aprovecha para recalcar que las instituciones tampoco hacen más llevadero el camino del emprendedor con «muchas subvenciones de las que se habla, pero que no llegan a todas partes» o la lentitud en algunos trámites. Su pareja también tiene entre sus objetivos lograr plaza en la comarca.

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Andrada García colaboró, además, con protectoras de animales abandonados en Galicia y, ya antes, con la oenegé cacereña Solidaridad con Guinea Bissau (Soguiba), de cooperación al desarrollo en el país africano. Fue casa de acogida y a mayores adoptó un perro en una antigua entidad de la parroquia malpicana de Cerqueda, que ya suma cuatro años con él y con el que luchan a diario para que mejore su salud. De otro lado, realizó varios viajes con su familia a Guinea Bissau en los que asegura que descubrió que «la gente más pobre es la más feliz» y que esto último es «lo único verdaderamente importante en la vida».