La memoria del «Prestige» aún cruza fronteras 14 años después

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

JOSE MANUEL CASAL.

Muchas caras conocidas se comprometieron tras el desastre

13 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Venía de ganar el mundial de distancia olímpica y al llegar a casa se topó con la llamada de un programa de radio para participar con el copiloto Luis Moya, bicampeón del mundo de ralis, en las acciones de limpieza en Muxía. Así tuvo el triatleta Iván Raña su primer contacto con la catástrofe del Prestige, del que ahora se cumplen 14 años.

«Estaba todo feito un desastre e había un pouco de caos. Acórdome das botas, dos plásticos,... Estivemos tres horas para limpar un par de pedras e pensei en todo o tempo que ía facer falta para retirar aquilo. Parecía imposible que se fose recuperar e, pouco a pouco, conseguiuse, grazas tamén a que temos un mar moi bravo e que axudou moito», explica el deportista de élite ordense.

Su relación con el chapapote no acabo ahí porque, posteriormente y ya por su cuenta, se embarcó en otro de los equipos de limpieza, esta vez en las Ons, en el parque natural de las Illas Atlánticas. «Unha rapaza meteuse algo máis da conta e fixo falta unha cadea humana para salvala, Era impresionante ver os paxaros e todo cuberto de petróleo», describe.

Aunque para Raña aquello, además de una tragedia ecológica, fue un gran ejemplo de respuesta social, cree que el trabajo no está ni mucho menos hecho, y lo comprueba cada día que sale a rodar en bicicleta o a correr por el monte. Considera que vivimos una especie de «Prestige cultural» y que parece que hace falta «seguir aguantando cousas destas» para tomar verdadera conciencia de la necesidad de proteger el medio y cita las colillas tiradas en el monte o las auténticas «moreas de lixo» con las que se topa en las cunetas al entrenar.

La experiencia del triatleta es solo una y de las destacadas por su nivel de compromiso, pero aquellos hechos del año 2002 trajeron a la Costa da Morte a un número incontable de voluntarios de todo el mundo, entre ellos muchas caras conocidas, que ayudaron a poner Muxía y otras localidades en el mapa y a que la ciudadanía tuviese verdadero conocimiento del alcance del desastre «porque é algo que non o vés pensas que non é para tanto», como dice Raña.

Por los coídos de la comarca pasaron deportistas -entre ellos el doble campeón de la NBA Pau Gasol-, actores y literatos, como Miguel de Lira y Manolo Rivas, que fueron una de las voces destacadas en toda la parte reivindicativa que vino después, con manifestación en Madrid incluida. También se dejaron ver muchos políticos y autoridades, desde el nacionalista Xosé Manuel Beiras, que fue de los primeros en llegar a la zona cero, hasta el Rey Juan Carlos o el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que fue objeto de escarnio por sus ya histórica definición de los «hilillos de plastilina».

Detrás de ellos, y al margen de la luz de los focos muchas veces, estaban los profesionales del mar de la Costa da Morte, vecinos de aquí y también de otras partes de España y del mundo, militares, voluntarios de Protección Civil y un inabarcable catálogo de personas, a las que todavía hoy se les guarda agradecimiento y llevarán la experiencia con ellos para siempre.