Juan Sambad: «Chegamos a levar 450 inmigrantes alxerianos e subsaharianos en cuberta»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

LOBOS DE MAR | Es el primer oficial del buque de Salvamento Marítimo Clara Campoamor. El marino muxián pretende ahora volver a la zona haciéndose cargo del Don Inda

12 feb 2022 . Actualizado a las 04:50 h.

Juan Sambad Castro (Muxía, 1985) es de raza marinera. El abuelo de su abuelo ya transportaba carga a lo largo de la costa gallega. A él, este mes, Galicia le queda lejos. Es el primer oficial del Clara Campoamor, el buque de Salvamento Marítimo que tiene sus bases en Cartagena y Algeciras, con lo que las pateras son su principal ocupación durante el verano. En invierno, el mar ya se ocupa de mantener en tierra al batallón de inmigrantes que son víctimas de las mafias, pero en cuanto amainan los temporales, a Juan Sambad y a sus compañeros se les acumulan los rescates. «Chegamos a levar 450 inmigrantes alxerianos e subsaharianos en cuberta», recuerda. Fue el año pasado, con el covid en plenitud. El Clara Campoamor, que es hermano gemelo del Don Inda, se convirtió en un buque nodriza porque a los rescatadores con menos capacidad no les daba tiempo de llegar a tierra para dejar su carga humana y volver a sacar gente del agua.

«É moi desagradable. Os alxerianos veñen armados, dispostos a sobrevivir como sexa, por iso puxeron tres gardas civís do Grupo de Reserva y Seguridad, un corpo especial. Os subsaharianos son boa xente e, de feito, cando embarcan xa se separan dos outros», explica. Vivieron, recuerda, momentos de mucha tensión con los inmigrantes procedentes de Argelia. «Fáltannos ao respecto, chuspen, empurran, eles o que non queren é volver ao seu país e tivémolos 24 horas a bordo. Hai que pensar que todos xuntos eran 450 e nós só 14», dice.

No es la vez que peor lo ha pasado. Recuerda que en una ocasión recogieron de una patera a tres hermanos ya adultos. Cinco habían embarcado, pero dos murieron en el trayecto y los arrojaron al mar. Eran cuatro varones y solo una mujer y fue la única que logró sobrevivir. Los dos rescatados fallecieron en el buque. «As mulleres son máis resistentes, máis fortes psicoloxicamente», explica por su experiencia, aunque también ayuda la posición en la que vaya en la patera, aunque eso solo depende del dinero que pague cada uno.

Lleva 4 anos en el Clara Campoamor y ahora lo que quiere es ir al Don Inda, en el que ya estuvo dos años y medio. Lo que le satisface del trabajo es «poder axudar á xente», pero echa mucho de menos a la familia, a su esposa y a sus tres hijos, que residen en Muxía. Precisamente esa es la razón por la que demanda el traslado, ya que sabe que pueden visitarlo los fines de semana en Cee, como ha ocurrido anteriormente. Ahora aspira a ser capitán, después de 9 años en Salvamento Marítimo.

El turno de trabajo es de un mes de servicio y otro de descanso. Ahora, Juan Sambad está en Cartagena y hace vida casi normal si no hay emergencias, pero tiene que estar suficientemente cerca del buque como para que este pueda salir en un máximo de 20 minutos desde que recibe el aviso. «Ese é o tempo de resposta que temos e sempre tes que ter o teléfono contigo e cobertura», apunta. En los ratos que le quedan de descanso lleva la administración del Corvo, trabajo que comparte con su mujer, que se dedica al interiorismo, con la empresa Rachel Desing.

Cuando Juan Sambad desembarque del Clara Campoamor, lo que hará el 1 de marzo, podrá enrolarse en su palangrero, con el que sigue en el negocio de sus antecesores. Os Castros y el Farelo (ahora el Farelo II) han sido los buques insignia de esta extensísima y conocidísima familia muxiana a la que pertenece y que en gran parte ha sido la responsable de su vocación marinera. Cuando él trabaja en Salvamento Marítimo tiene contratado un patrón, pero suele ir a bordo siempre que puede. Así lo hizo en la pasada campaña del bonito, cuando su barco fue uno de los primeros que salió en dirección a las Azores. Quería conseguir el campanu, la primera pieza de la temporada y la más cotizada, pero no pudo ser. Quizá ocurra este año.

Una familia de mar. Foto tomada en el 2008
Una familia de mar. Foto tomada en el 2008 XESUS BUA

De la patrullera Río Tajo de la Guardia Civil al Sarmiento de Gamboa

Siendo de Muxía y de la familia de los Castro, Juan Sambad tenía que dedicarse al mar. Empezó, como todos, en los barcos de pesca, pero decidió estudiar náutica. A los 17 años ya hizo su primera campaña del bonito, pero era mucho más interesante lo que había de venir. Antes de estar en Salvamento Marítimo trabajó en gaseros, pero reconoce que no le gustaba. «A campaña eran 3 ou 4 meses e eu quería estar o menos tempo posible fóra da casa». Por ese mismo motivo se embarcó con la Guardia Civil en Canarias, con lo que patrullaban en aguas de Gambia, Mauritania y Senegal. Allí empezó a vivir la realidad de las pateras, a ver como la gente se jugaba la vida en el mar para llegar a España que para ellos «era o mellor do mundo». Ahora ya no es tan así. «Viñan enganados polas mafias pensando que isto era o ouro e o mouro, pero agora, cos móbiles xa empezan a saber onde se meten», explica. De todos modos, sigue siendo un destino muy apetecible sobre todo para los menores y las mujeres embarazadas.

Con menos de 25 años estuvo dos campañas enrolado en la patrullera Río Tajo de la Guardia Civil como segundo oficial de puente y se dedicaban, fundamentalmente, a la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico. En esos tiempos se dio cuenta de las enormes desigualdades que hay en el mundo. Fue en el 2010 cuando se fue al oceanográfico Sarmiento de Gamboa, y después, ya a Salvamento. Ahora comparte su preocupación por salvar vidas con el problema de las cuotas en la pesca y con la falta de relevo generacional, lo que hace complicado encontrar tripulación. A todo eso se añaden gastos enormes, incluso para comprar más cuota. Sin embargo, sigue siendo pescador.