«O noso campo era o máis bonito da Costa»

Santiago Garrido Rial
S. g. rial CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

CEDIDA

FOTOS CON HISTORIA | Medio siglo de la inauguración de antiguo campo de fútbol de Ponteceso | Modesto Parga y Ricardo Pérez y Verdes aquel estadio. En ese sitio está ahora el Melga

31 mar 2019 . Actualizado a las 21:20 h.

La foto antigua. Dentro de poco más de dos meses y medio se cumplirán 50 años justos de la inauguración del campo municipal de Ponteceso, equipo co-fundador de la Liga da Costa. Fue el 22 de junio de 1969, con el verano arrancando, pero pese a eso llovía mucho y hacía un frío intenso. Al fondo, en esta foto de Andrés, se ve a los espectadores bien abrigados y con paraguas. Atrás quedaba el Campo do Fraile, en O Couto, y aún tardaría en llegar el actual, O Pinguel, a principios del presente siglo. Los vecinos, a este del 69, solían llamarte el campo de Canasteves. Era un juncal y labradío. Las instalaciones fueron modélicas en la comarca.

Ana Garcia

Los protagonistas. Jugaban el Ponteceso, reforzado con incorporaciones rutilantes, contra el Deportivo de La Coruña. En la foto, el capitán local, Narciso Juan García Bermúdez, Chicho, fallecido hace diez años, uno de los nombres míticos del club local, junto al de Muñiz, ambos buenos dominadores del centro del campo. Además de futbolista, tendría una larga trayectoria como entrenador en la comarca. El capitán deportivista era José Domínguez Rial. La madrina del encuentro fue María del Pilar Couto Torrado, hija del presidente y alcalde de Ponteceso (1961-1975), Manuel Couto Anido, fallecido hace ocho años.

La historia. En el espacio público de Ponteceso en el que durante tres decenios se disputaron miles de partidos de fútbol hay ahora, curiosamente, un museo de juegos (etnolúdico). No solo de los deportivos, de todos: el Melga. Ahí, en ese entorno, estuvo un campo en el que el conjunto local escribió grandes páginas del fútbol de la Costa.

Este año se cumple medio siglo de la inauguración. Una jornada de verano que parecía el crudo invierno, y con el campo a rebosar. Se enfrentaba el conjunto local al Deportivo. El Ponteceso estaba reforzado nada menos que con Luis Suárez, del Inter; Veloso, del Real Madrid, o Pellicer, del Valencia. El Deportivo militaba en Primera División en esa época, así que fue todo un acontecimiento deportivo y social. Uno de los testigos fue Modesto Parga Costa, entonces juvenil del Ponteceso, más tarde en el equipo sénior, y toda su vida vinculado al fútbol, incluso en su etapa de emigrante en Berna, fundando el Galicia y el A Nosa Terra.

Paga recuerda bien aquella jornada, y la época en general. «O noso campo era o máis bonito da Costa. Tiña os aros olímpicos na entrada. Foi o primeiro da zona con rego eléctrico. E o primeiro cunha piscina ao lado, con trampolín. Tamén era de herba, moi preparada, moi coidada, con moito mantemento. E cunha tribuna moi boa», explica.

El responsable del Melga, Ricardo Pérez y Verdes, también conoció aquel campo, porque fue un jugador muy destacado del Ponteceso. Eso sí, poco después de la inauguración del estadio. Era muy bueno, y lo conocían como Richard. Aún son muchos los que recuerdan su aspecto, en el que destacaba la barba. No era habitual entonces, de hecho fue de los pioneros. Cuenta Modesto que era muy querido, y que una vez, en un viaje en autobús a Santa Comba, para jugar contra el Xallas una semifinal de la Copa da Costa, se encontraron con una pancarta que ponía Barbería Xallas afeita en seco, en referencia a lo que le iba a ocurrir (futbolísticamente). O eso pensaban.

Ricardo recordaba ayer «esa época dorada del Ponteceso». Ese campo nuevo fue su casa mucho tiempo. «Era un privilegio enorme jugar allí, hablamos de un campo de los mejores. No hay que olvidar que todos eran de tierra, incluso el de los modestos del Deportivo, al lado de Riazor. Los jugadores que venían ya lo elogiaban, por magnífico. Muchos querían venir a jugar a Ponteceso por el campo. En ese sentido, creo que fuimos de los pioneros». Él, que venía del Galicia Gaiteira coruñés también de ganar títulos, estaba encantado. Y lo está ahora, por esa curiosa sensación de tener su proyecto social y cultural, que lleva el nombre de Ponteceso por todo el mundo, en los mismos terrenos en los que dejó los tacos de sus botas tantos años. Pudo haber ido el Melga a muchos otros sitios, pero por esas casualidades de la vida acabó aquí.

Parga, enciclopedia futbolística (está por escribir la historia del fútbol comarcal en Suiza, también muy relevante) recuerda feixes de anécdotas. Aquella vez que una aficionada tiró al suelo la Copa que acababa de ganar el Carnota, y la sanción posterior. Los derbis con el Buño. Los viajes en autocar a tantos campos. Los grandes jugadores que tuvo de compañeros. Y mucho más.