«Lo grande de los dólmenes de Vimianzo es que tienen pinturas»

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

BASILIO BELLO

Los participantes en las Andainas Coñece a Costa da Morte se toparon con Fernando Carrera, arqueólogo

15 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las Andainas Coñece a Costa da Morte siempre deparan sorpresas. Y no fue en este caso uno de los cruceiros más antiguos y más bellos de Galicia, como es el de Cheis (Bamiro-Vimianzo). Los participantes en la caminata del pasado sábado se toparon ni más ni menos que con Fernando Carrera Ramírez, doctor especialista en conservación y restauración de patrimonio arqueológico, que estaba examinando el dolmen del Pedra da Lebre (Serramo) para comprobar cómo están los restos de pinturas que se pueden apreciar sin excavar.

Confesó Carrera que le sorprendió que tanta gente junta recorriese esos lugares. Fue el sábado por la mañana, con la ruta organizada por el Concello de Vimianzo. El restaurador se recorrió recientemente los megalitos de Vimianzo para examinar el estado del arte rupestre que conservan. «Lo grande de los dólmenes de Vimianzo es que tienen pinturas», dijo. Al menos los de Pedra Cuberta, Pedra Moura, Pedra da Lebre y Pedra da Arca. El especialista dijo que estas cuestiones han de ser tenidas en cuenta para el plan director del Parque do Megalitismo.

La ruta del sábado arrancó en O Campo (Bamiro), siguió por el cruceiro de Cheis, Tines, los molinos de Pedra Cuberta, el dolmen de este lugar, Pedra da Lebre y Serramo.

BASILIO BELLO

A Laracha descubre sus encantos a decenas de caminantes

En el Concello de A Laracha se han sumado a la vida sana y al disfrute de la naturaleza. El domingo, un centenar de personas se lanzaron a conocer los encantos del río Bradoso. Salió la expedición de Cumiáns, hacia la capilla de Nosa Señora y, de allí, a la de San Roque. En el trayecto llevaron sus pasos por viejos senderos y corredoiras que recuperaron por un momento la vida de otros tiempos, como la de A Fieira, uno de esos espacios de encanto que sumergen a uno en historias olvidadas. La caminata ganó en encanto cuando la comitiva se adentró en el entorno del río Bradoso, que baja cantarín y alegra el ánimo a quien deambula por sus orillas. Una docena de molinos comidos por el desuso añaden hechizo a un entorno adornado por la flora autóctona y de ribera que apacigua cualquier espíritu inquieto.

Habrá más. El día 26 el recorrido partirá de Soandres, pasará por la Pedra Cabirta (oscilante), Silvoso y alto de Santa Marta.