Rokiño, el DJ que cambió el balón de fútbol por la mesa de mezclas

Marta López CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

BASILIO BELLO

DJ del momento y autor de la canción «Na llama», al vimiancés Damián Rodríguez se lo rifan en todas las verbenas

30 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El jueves pinchó en Sardiñeiro, el viernes, en Carantoña y Santa Comba; el sábado, en Baio, Carballo y A Pobra do Caramiñal, y el domingo estuvo por Vimianzo y Carballo. Rokiño tiene tanto trabajo que no le queda ni un fin de semana libre hasta la segunda quincena de septiembre. Su popularidad creció exponencialmente tras sacar su primera canción —Na llama, con María Kilate y desde entonces es uno de los DJ de moda de la Costa da Morte, pero su trabajo en el mundo de la música comenzó mucho antes.

Más o menos a los quince años comenzó a trastear con unos altavoces y una pequeña mesa que le había regalado su padre, y a los diecisiete se topó con Fernando Rodríguez, un conocido hostelero y empresario vimiancés que le dio su primera oportunidad laboral. «Metínlle un pouco de cara [para presentarse], pero despois foi indo sobre rodas. Comecei facendo ceas baile, pasei ás discotecas móbiles que tiña el e despois foron saíndo salas. Co paso dos anos foron xurdindo oportunidades noutras discotecas e eventos», comenta Rokiño, que en realidad se llama Damián Rodríguez Busto (Baíñas, 1997), pero que eligió ese nombre artístico por su padre, a quien muchos conocen como O Roque de Baíñas.

Cuando Fernando, su jefe también en la sala Soco, decidió deshacerse de los equipos móviles, Damián tiró de ahorros y se los compró para poder tener sus propios eventos y volar en solitario. Y vaya si lo hizo... Desde entonces ya ha pinchado en multitud de localidades e incluso lo llamaron para amenizar una fiesta en el Centro Español de Delémont, en Suiza. Llegar allí no fue fácil, pues le hicieron falta dos vuelos y un largo viaje en coche, pero animó como nadie ese último entroido antes de la llegada del covid.

Siempre lo supo, pero la pandemia le sirvió para reafirmarse en que «a música é como o mundo do fútbol, ten fecha de caducidade e nunca sabes o que pode pasar. Daquela estivemos moito tempo parados, sen facer eventos durante meses. Se tes unha formación, tes outras saídas», apunta. El fútbol también lo probó, pero acabó cambiando el balón por la mesa de mezclas tras haber jugado como delantero en conjuntos como el Baíñas, el Baio, el Bergantiños, el Queixas o el Negreira, en diferentes categorías. Además, es Técnico Superior en Actividades Físicas y Deportivas y hace escasamente unos días se graduó en la carrera de Educación Infantil.

«A día de hoxe podo dicir que me dedico á música, pero nunca deixei de estudar. Tamén fixen un curso de socorrista e durante dous anos traballei nunha piscina de A Coruña. Nun futuro teño pensado facer algo de deseño gráfico, porque penso que me pode axudar tamén no meu traballo actual», narra Damián, que también está muy vinculado al Complejo Turístico Santa María de Brandoñas (Zas). Es el negocio familiar y él jugó un papel destacado a la hora de darle al establecimiento un aire renovado que logró atraer los dos últimos veranos a numerosa juventud. Sesiones vermú enxebres con pulpeira, tardeos musicalizados, cócteles y cachimbas: la receta del éxito.

Autógrafos

Hace unos días se pasó por el auditorio de la Casa da Cultura de Vimianzo para sorprender a unos niños de cuarto de primaria que estaban bailando su canción Na llama en el festival de fin de curso. Le acompañó María, la vocalista del tema, y ambos se subieron al escenario a acompañar a los pequeños, que pese a la sorpresa supieron mantener el ritmo y finalizar la actuación. «Encántanme os nenos», dice, «hai pouco un pai veume pedir que lle asinase un autógrafo para o seu fillo nun cromo de fútbol. Fíxome moita ilusión, sobre todo polo contento que quedou o neno», asegura.

«Non esperabamos a repercusión que tivo ‘‘Na llama'', estamos moi agradecidos»

Lo de garabatear una firma en un papel ya no se estila. Los selfies para Instagram son los autógrafos del siglo XXI y a Rokiño, últimamente, le piden bastantes. «Ao principio chocábame, porque non estaba acostumado, como o de que algunha xente te siga e vaia verte a propósito. Hai uns rapaces de Ribeira que me coñeceron a raíz da canción que saquei e xa os vin en tres sitios e iso mola, fai moita ilusión», dice Damián, consciente de las oportunidades que está recibiendo a raíz del lanzamiento de su propia música.

«En realidade foi inesperado. Durante a corentena traballei nunha base, presenteilla a un amigo que é produtor musical e quedou a cousiña un pouco parada porque non tiñamos cantante, pero despois coñecín a María nunha actuación que a orquestra Olympus fixo na sala Soco, en Vimianzo, e xa comezamos a traballar. Non esperabamos a repercusión que tivo e estamos moi agradecidos polo apoio da xente e dos compañeiros [de profesión], que a poñen nas festas e a dan a coñecer», relata el vimiancés, que ya está trabajando en un tema nuevo. Eso sí, no saldrá hasta dentro de unos meses porque ahora se enfrenta a una época de muchísimo trabajo.

«De xoves a domingo teño tódalas noites ocupadas ata setembro. É bonito, pero dáme un pouquiño de rabia que me chamen para actuar e ter que dicir que xa teño todo ocupado», dice Rokiño, a quien poco tiempo le queda para dormir o para el ligoteo, entre tanto trabajo. «Vou dun lado para o outro e poucas veces quedo a durmir nos sitios. Non queda moito tempo para coñecer a ninguén», reconoce entre risas.