
La Troupe Malabó, compañía que parte del clown, visita esta noche Vimianzo con un espectáculo multidisciplinar: 21.00
29 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy • Vimianzo tiene prevista para esta noche su segunda cita del ciclo Vimiansol en este fin de semana. Será a las 21.00 horas, en la Praza, gratuito: espectáculo Karpaty, con La Troupe Malabó, compañía fundada en 1999 en Castellón. Habló ayer en Radio Voz Marisa Ibáñez, actriz y también productora:
—Compromiso, estéticas cuidadas y nuevos lenguajes. Así definen a La Troupe Malabó.
—Efectivamente, nos gusta hacer creaciones cuidando todos esos puntos. Es un largo recorrido de distintas producciones, vamos ya para 20 años, y en estos momentos andamos con este maravilloso Karpaty recorriendo tierras gallegas. Para mí es clave el cuidado de los detalles a la hora de crear una historia, de diseñar una escenografía o un vestuario. Puede que el espectador a priori no pueda verlo, pero siempre está ahí, y en algún momento sale. Es una seña que nos identifica a La Troupe Malabó.
—«Karpaty» son cuatro personajes, dicen, locos de amor por el circo y la vida. Cuéntenos.
—Karpaty se empezó a crear en la pandemia. Recoge este período de aislamiento que hemos sufrido todos, también este circo que supuestamente viene de la zona de los Cárpatos, de ahí el nombre. Viaja sin poder tener contacto con nadie, sin poder actuar, sin comida, sin nada, una época de silencio absoluto, hasta que un día abren la puerta de su carromato y se encuentran a un público que les espera. Es una sorpresa enorme y empiezan entonces a recrear lo que sería su espectáculo. Un espectáculo variado, con muchas disciplinas, aunque el clown es la base de nuestra compañía. En La Troupe somos payasos.
—¿Qué más disciplinas?
—Malabares, música en directo, acrobacias, aéreos... Todo con mucho ritmo. El público se queda perplejo con Karpaty y con esa estética tan bonita, vamos de rusos...
—Tienen también telas, magia... Lo que no hay es texto.
—Exacto. Apenas hablamos unas palabras, y la única que lo hago soy yo, en un ruso completamente inventado [ríe]. Es gracioso, en eso se engaña a la gente y tras el espectáculo nos preguntan de dónde somos.
—¿Es para niños y adultos?
—Totalmente, para un público familiar, todas nuestras creaciones lo son. Los niños son nuestro fuerte, pero cuando elaboramos una historia no solo pensamos en ellos, siempre hay mensajes para adultos. Hay emociones, momentos más dramáticos, más poéticos, más divertidos... Vas tocando la fibra de cada uno y de cada edad. Desde que estrenamos en el 2021 hemos hecho 115 funciones, rodamos por España, Portugal, Francia en una ocasión... Funciona perfectamente, todo el mundo entiende y disfruta.
—¿Qué cree dejar en el público?
—La gente se queda emocionada. Por lo que conlleva la historia y por los personajes, cada uno de ellos con su fondo.