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Vimianzo ensalza y enseña a admirar su cielo

Patricia Blanco
P. Blanco CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

BASILIO BELLO

El Concello sella su compromiso como destino Starlight con iniciativas para la divulgación y protección de la riqueza celeste. El primer «Paseo polas estrelas», desde el alto de San Bartolo, fue todo un éxito

22 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Costa da Morte estrenaba el 2023 entrando en la red internacional de astroturismo merced a conseguir el título de Destino Turístico Starlight, el primero de la provincia de A Coruña y el cuarto en Galicia, tras el Parque Internacional Illas Atlánticas, Trevinca y Muras. Así se lo comunicaba la Fundación Starlight a la entidad Costa da Morte Asociación Turística (CMAT), un reconocimiento que refrendaba la idoneidad del geodestino —17 concellos— para la observación del cielo nocturno.

Presidía la CMAT en esos momentos Mónica Rodríguez, alcaldesa de Vimianzo, municipio que se ha puesto manos a la obra con la divulgación y con la otra contrapartida que trae el galardón: el compromiso para la conservación de esas características especiales y la suma de voluntades públicas y privadas para reducir la contaminación lumínica y mejorar la iluminación pública en exteriores. «Temos unha riqueza no ceo marabillosa, que aquí se pode observar con toda a naturalidade», indicaba ayer Rodríguez.

«Trátase de algo moi novidoso, pero que está tendo unha participación moi boa, e falamos dun elemento que nos une como Costa da Morte, un punto que suma para desestacionalizar turismo. É seguir abrindo portas, presumindo do que temos, dando a coñecer toda a riqueza que posuímos, na comarca e particularmente aquí en Vimianzo. Todo o que se faga suma, e máis aínda se fai de xeito coordinado», reflexiona. Una nueva posibilidad que se abre, pues, para dinamizar el entorno rural, pues es este el que, precisamente por la menor presencia de luz artificial, tienen mejores condiciones.

«Seguiremos traballando para dar a coñecer a riqueza do ceo de Vimianzo», avanza. Lo dice al hilo de la buena participación que tuvo este pasado sábado el primer Paseo polas estrelas promovido desde el Concello y llevado a cabo en uno de los puntos óptimos del municipio para la observación astronómica: el alto de San Bartolo, en Salto. No solo completaron las 50 plazas —habían puesto ese límite para que la visión por telescopio fuese más operativa—, pero acabaron siendo unas 70 personas, de todas las edades, también niños, que no se apearon de la propuesta pese al ascenso a pie. Había gente de Vimianzo, pero asimismo de otros puntos de la comarca e incluso turistas que se animaron. La idea es llegar a ellos, claro, pero centrando los esfuerzos en la base, divulgar entre la población local el cielo y su riqueza, apunta la técnica de Cultura, Nieves Lema. Es por ello que diseñarán programas al respecto y acercarán esta materia a los pequeños a través de campamentos.

BASILIO BELLO

Habrá un segundo Paseo polas estrelas el 16 de septiembre —con «lúa nova», para tener el cielo más liberado—, desde la zona de Orbellido, en el embalse de A Fervenza, otro de los puntos clave. Poco a poco se irán divulgando los más destacados, incluso enlazándolos con la riqueza megalítica, en una «posta en valor en conxunto»: el dolmen Pedra Cuberta, por ejemplo, es un buen escenario.

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Vista la respuesta a la primera ruta, el Concello ha ampliado el número de plazas disponibles para la segunda visita nocturna, que en este caso se realizará en la zona de A Fervenza. Será el 16 de septiembre y puedes inscribirte en este formulario web.

El alto de San Bartolo, toda una experiencia para especialistas y para profanos

La ruta del sábado dejó «momentos extraordinarios». Lo vivió así la alcaldesa, pero también varios ediles y técnicos vimianceses, algunos de ellos por cierto asistentes a la reciente formación en la Costa da Morte para ser monitores astronómicos starlight. No obstante, tanto para esta primera sesión como para la del 16 de septiembre apostaron por técnicos especializados para ejercer de guías: Begoña Brao y Antón Pazos. Llevan años enseñando a contemplar el cielo en las Cíes.

La niebla hizo un ademán de cubrir, pero finalmente se asentó en el valle de Soneira y permitió una muy buena observación: alguna estrella, algún planeta, el anillo de Saturno... En el alto de San Bartolo se habló de constelaciones, de la mitología que siempre llama, de estructuras artificiales visibles desde la tierra, del ciclo de las estrellas, de las lágrimas de San Lorenzo, de perseidas, de cómo diferenciar planetas y estrellas... Hubo pie a chanzas: «Os avións teñen unha autovía e nós aínda non», ríe Nieves Lema.

Capilla de San Bartolo, en Vimianzo
Capilla de San Bartolo, en Vimianzo BASILIO BELLO

Quienes acudieron alabaron el carácter didáctico y ameno de las explicaciones, los guiños a los más pequeños, el despertar de la curiosidad. La Vía Láctea, su carro... Se dieron algunas nociones para intentar saber qué hora era tan solo mirando el cielo, y no fue del todo mal. La velada remató pasada la una de la madrugada e incluso fue un descubrimiento, en parte, para los propios guías, que embarcados en el asunto de la astrofotografía, se quedaron encantados con el alto de Salto, un punto donde quizás se animen a seguir todos los ciclos de la luna. Sabían de él, pero volverán.

El ojo necesita unos 30-40 minutos para ver el cielo nocturno en las mejores condiciones

La idoneidad del entorno de la capilla de San Bartolo para la observación astronómica la dejaron bien patente trasladando a los asistentes lo «perfecta» que se ve la Vía Láctea desde este punto, como acreditan las imágenes. Fue un trabajo de divulgación, pero también de concienciación, porque ahí estaban a lo lejos, por ejemplo, las luces rojas de los eólicos del Monte Faro. Hay que ir con los tiempos, pero si esas luces en un futuro pueden ser de menor impacto, mejor. Y en los tiempos de ahora también van los móviles, pero tanto Bouzas como Brao animaron a guardar los teléfonos. El ojo necesita unos 30-40 minutos para ver el cielo nocturno en las mejores condiciones, adaptarse 100 % a la oscuridad: basta el fogonazo de un pantallazo con un simple WhatsApp para volver a cero, así que durante más de hora y pico no hubo luces de aparatos.