Lory, la joven empresaria peluquera que lleva 9 años trabajando y que solo paró al convertirse en madre
VIMIANZO
La cantera del talento | Esta vimiancesa hace ahora jornada continua y cierra de tarde para poder atender a su hijo pequeño
29 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Lory Alejandro Soneira nació hace 28 años en Viella, Lleida, cuando sus padres, de Berdoias y Traba de Laxe, se marcharon al otro extremo del país a trabajar, pero con diez años ya regresó a Vimianzo, donde desde el 2019 lidera su negocio, Lory Peluquería y Belleza. Lleva trabajando desde que tiene 19 años. Se inició en una peluquería de Baio, y después, continuó en otra de su localidad. «Salí de la academia y, a los 15 días, ya empecé», recuerda. «Nunca estuve en el paro. Fui encadenando un trabajo tras otro. Solo paré al poco de quedarme embarazada y me cogí dos meses de baja en vez de los cuatro», añade. Es este un oficio que siempre le gustó, reconoce.
Recibió la ayuda de su padre para emprender. «Tenía un poco de miedo porque en Vimianzo hay muchas peluquerías, pero empecé y, la verdad, me fue genial. Eso sí: cuando aún no llevaba ni un año abierta, llegó el covid, aunque las peluqueras no paramos», comenta.
Desde que Lory fue madre de Marco, un niño que tiene ahora dos años, ha reducido su jornada laboral para poder atenderlo. Su pareja también trabaja. «Pasé de hacer unas doce o trece horas al día a trabajar entre seis y siete», explica. Ahora hace jornada continua. Abre a primera hora de la mañana y clausura su establecimiento a primera hora de la tarde, sin cerrar al mediodía. «En estos momentos, mi principal objetivo es criar a mi hijo. La gente se ha adaptado muy bien y estoy muy agradecida y contenta así. Es lo bueno que destaco de ser autónoma», expresa. Presta su servicio de martes a sábado.
Lory abrió su centro atendiendo ella sola a la clientela y así continúa. Según explica, «en este sector, la gente te quiere a ti y no dan la oportunidad a otras personas».
Su peluquería está especializada en el uso de productos naturales, «que son menos dañinos y no pican, y tienen más beneficios en el color y el brillo», apunta. Se centra, sobre todo, en hacer tratamientos de hidratación, mechas y alisados, además de peinados para eventos. Trabaja, especialmente, con público joven de entre 17 y 50 años, y no solo del concello, sino, también, de distintos puntos de Camariñas.
En un futuro quiere «ojalá continuar así muchos años. Me gusta la estabilidad. Seguiré formándome porque en este sector es imprescindible. Cambian las técnicas y las modas». De hecho, dice que fue a través de los cursos como pasó de «odiar» los peinados de novias a verse seducida por ellos. «Me ayudaron a perder ese miedo, esa falta de confianza y el estrés», manifiesta.
Sobre el hecho de emprender, lo tuvo claro desde el principio: «Soy inconformista. Vi que era el momento de arriesgar. Además, para tener independencia en los horarios. Creí en mí».
Igual de clara es con sus clientas: «El mayor problema es que queremos ser lo que no podemos: pasar de negro a rubio platino». Sobre las tendencias actuales, en corte, señala el recto, a la altura de la clavícula. En mechas, las balayage, «pero no los rubios blanquitos, sino más vainilla, crema». Y en peinados, los desenfadados: «Las trenzas, los recogidos espiga».
Nunca pensó en abandonar su tierra para emprender. Cree que en este oficio hay relevo, con gente, cada vez, más especializada. Recomienda cortarse las puntas cada «dos, tres meses», mismo tiempo para hacer una hidratación, «especialmente después del verano».