«Conseguimos llevar el mar al teatro y meter al espectador en él»

P. BLANCO / F. RODRÍGUEZ CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

CEDIDA

Por contenido, escenografía y música, tiene una ineludible cita teatral este sábado en Vimianzo. Se trata de la obra «El nadador de aguas abiertas». Hablan Markos Marín y Adolfo Fernández

09 oct 2024 . Actualizado a las 07:44 h.

Toca teatro de nuevo este fin de semana en Vimianzo, una obra «deliciosa, bella, balsámica», que merece hueco en la agenda. Seis nominaciones a los Premios Max y única oportunidad de verla esta temporada por la Costa da Morte e incluso en Galicia. Este sábado, a las 20.30, podrá disfrutarse en la Casa da Cultura soneirá de El nadador de aguas abiertas, una función que llega con K Producciones y Tanttaka Teatroa y como parte del programa Camiño Escena Norte. Entradas en woutick.es o bien en la Casa da Cultura, también desde una hora antes del inicio, el propio sábado. Sobre el escenario, dos actores, Markos Marín, en el papel de Nilo, y Adolfo Fernández, en el de Walrus. Ambos hablaron ayer con Radio Voz Bergantiños:

—Escena Norte es un programa de intercambio cultural. Artes escénicas de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra. Nos une el Camiño y el mar.

—[Markos] Para mi gusto no hay otro mar como el del norte, el Cantábrico sin duda, pero cada uno tiene su mar preferido.

—[Adolfo] El Cantábrico nos viene de perlas, es un mar joven, más joven que el Mediterráneo, más embravecido, y como en la obra se utiliza una metáfora de la lucha por la vida... Es mejor ese enfrentamiento con un monstruo más potente para demostrar nuestra propia insignificancia, que de eso también va la obra, es uno de los aprendizajes de Nilo.

—¿Qué papel juegan iniciativas como esta de hermandad del norte?

—[Adolfo]. Cualquier iniciativa que haga que las comunidades, países, pueblos, unan sus culturas, me parece crecer de una manera positiva y sana. Soy partidario de la miscelánea, la interculturalidad y la retroalimentación. De esta forma no nos convertimos en exclusivistas de lo nuestro, sino en universalistas, el espacio donde mejor se mueve el humano. Camiño Escena Norte es una maravilla, y con lo que nos gusta a nosotros pasear por ahí... En las compañías vascas, cuando nos salía gira en Galicia, dábamos un salto. Por lo demás, se están facturando productos culturales con prestigio internacional.

—Vayamos con Nilo, el papel de Markos Marín. Nilo es un actor mediocre, sin ofertas laborales, abandonado por su mujer. ¿Qué más le pasa, Markos?

—Que aprende a nadar con 48 años, llega un poquito tarde, sí.

—Y ahí entra Walrus, que no solo es un experto nadador.

—[Adolfo]. Walrus tiene detrás una historia muy trágica, ha perdido a quien más amaba. Esto lo ha colocado en un punto en el que está un poquito por encima de todas las cosas. Cuando se pierde lo más importante, uno se deja de frivolidades y de esas nimiedades que nos rodean, preocupan y desquician, pese a que no nos llevan a ningún lado. Walrus ha reducido su atmósfera a muy pocas cosas, pero esenciales y está dispuesto a defenderlas como si fuese un caballero de la Edad Media. Este es el hombre que recibe a un Nilo que no ha pasado por todas esas cosas, pero lo está deseando. Hay entre ambos un intercambio de aprendizaje.

—[Adolfo]. Nilo es una persona que ha crecido con miedo a vivir. No le han dado las herramientas de seguridad para plantarse ante la vida y hacer su camino. Siempre ha estado a expensas de lo que los demás deseaban y de lo que él creía que los demás esperaban de él. No se ha enfrentado a nada y se cristaliza todo en su miedo a nadar, un trauma infantil. Aunque en realidad es un luchador, nunca ha sido consciente de ello, y tendrá que encontrarse con Walrus para darse cuenta de que no es un pusilánime, una persona anodina como él creía, sino que tiene lo que tienen que tener cualquier ser humano, dignidad y amor, propio y hacia los demás. Tenemos en la obra por tanto una historia de amor fraternal muy bonita, llena de humor.

—Amistad, superación, e incluso el poder curador del agua.

—El mar es el tercer personaje de la función, y para ello nos hemos valido de una propuesta escenográfica del director, Fernando Bernués [cubos y cubos...]. Este espectáculo se estrenó en Toledo, en el interior, pero conseguimos llevar hasta allí el mar, llevarlo a todos los teatros, y meter a los espectadores dentro. Al mar se le dota además de voz, una banda sonora del maravilloso compositor e increíble director de orquesta Fernando Velázquez [autor de las bandas sonoras de Lo imposible, El orfanato, La sociedad de la nieve...]. Nilo y Walrus intentan hablar por encima del mar, pero el mar les atrona.

—Trabajazo de montaje, música...

—Cuando el espectador se sienta, se abre el telón y aparece esa escenografía, con los actores chiquititos, los vídeos... De verdad que lo metemos en el mar, yo diría que en el Cantábrico, pero cada uno puede imaginarse el que quiera.