Galicia oscura, Finisterre Vivo | Fue jurista, fiscal supremo de las órdenes militares, diputado y senador
11 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En el mes de mayo de 2017, el profesor e historiador Juan Félix Neira Pérez dio una charla en la Casa de Cultura de Cee, centrándose en un suceso ocurrido en el siglo XIX que mezcló intrigas políticas y un crimen en el que se vieron involucrados varios vecinos de la comarca. Y uno de esos vecinos fue el abogado, juez y político Juan Ferreira y Caamaño, nacido en la parroquia de San Miguel de Treos, en Vimianzo.
Precisamente, este Juan Ferreira y Caamaño del que habló el profesor Neira Pérez en Cee, fue todo un personaje en su época, muy amigo de Isabel II después de haberle ganado a esta un pleito: «...caballero gran cruz de la real orden de Isabel la Católica, comendador de la misma, caballero con uso de placa de la real y distinguida de Carlos III, ministro honorario del Supremo Tribunal de Guerra y Marina, fiscal del también Supremo de las órdenes Militares, y diputado a Cortes, nació en 18 de Agosto de 1803 en la parroquia de San Miguel de Treos, distrito de Vimianzo, partido de Corcubión, en la provincia de la Coruña; su padre el Sr. D. Andrés Ferreira y Lemos, de familia distinguida en la villa de Chantada, provincia de Lugo, fue abogado y después de haber desempeñado algunas judicaturas..» (recogido del libro Escenas contemporáneas, 1/1861, página 177)
Senador vitalicio
Juan Ferreira y Caamaño también fue abogado, gobernador civil de Ourense, Lugo y Madrid; diputado por Cee en 1847 —y por un largo período de tiempo—; ministro del Tribunal de Cuentas, Senador vitalicio y ministro de Justicia, subiendo siempre en la escala social y política, formó parte, a mediados de la década de 1840, de una comisión de estudio de la decadencia de la pesquería y el uso de distintas redes. Pero, su matrimonio con Rosario Poveda y Portillo cambió su vida y su mundo para siempre y lo alejó, también sus intereses políticos, de su terruño soneirán, pasando a residir a Villarrobledo, en la provincia de Albacete.
De Juan Ferreira, todo un destacado personaje y tildado de ilustre de Villarrobledo, aunque nacido en tierras de Soneira, la impresión que tenemos es que seguramente pasó desapercibido durante mucho tiempo en estas orillas del Atlántico en donde él nació. Falleció en Madrid a los 64 años el 17 de mayo de 1868, enterrándose en el panteón familiar de Villarrobledo.
Cura de Pereiriña
Y aunque tenemos facilidad genética para el olvido, están los historiadores que bucean, rastrean, hurgan y recuperan biografías que la mayor parte de las gentes ignoran. Y fue Víctor Castiñeira Castro, el historiador de Cee, quien recuperó a este personaje en el libro, titulado, Historia de Cee: «Juan Ferreira Caamaño fue el primer diputado a Cortes por el distrito electoral de Cee. En todos los comicios en los que participó, desde su primera victoria en los comicios de 1846 hasta 1862, retuvo el escaño, excepto en los de 1850, en los que no pudo vencer los embates de las autoridades de la marina y la defección del cura de Pereiriña, que era uno de sus más importantes muñidores electorales (…)». Ferreira, «tenía raigambre en el distrito de Cee. Tratándose de una persona que no tiene la menor mancha, que es hijo del país, tiene allí su familia su arraigo…»
En realidad, en su aventura social y política durante la época en la que ejerció como diputado a Cortes por Cee, no fueron muchos los beneficios obtenidos para esta esquina atlántica llamada Costa da Morte, dirigiendo preferentemente su dedicación a la alta política, aunque si tenía en estas tierras muchos valedores que le conseguían votos para triunfar en las elecciones políticas convocadas. Existe un eslogan que se escuchó en Vimianzo con mucha frecuencia: «¡Orgullosos do noso!» Pues bien, huelga decir que de Juan Ferreira y Caamaño pueden estar orgullosos los soneiráns por las cotas de influencia y poder que llegó a encerrar en sus manos un hijo de estas tierras.