GENTES DEL FINIS TERRAE | Fabián Camafreita tiene con varios compañeros un novedoso centro de producción en Meanos (Zas)
04 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Una pequeña seta, de apariencia hermosa, bien puede ser la conexión entre la localidad de Meanos (Zas) y el continente asiático, de donde es originaria y ya se consumía y veneraba dos mil años atrás, según se puede leer. Así, es en Meanos donde, aprovechando una antigua explotación agraria, sobre la que prepararon todo lo necesario, Fabián Camafreita y varios compañeros de trabajo impulsaron un centro de cultivo de esta seta Shitake. Él, que inicialmente cursó el ciclo medio de Produción Agropecuaria y, posteriormente, uno superior que lo facultó como técnico en Xestión Forestal e do Medio Natural, trabaja para Seaga en materia de prevención de incendios o limpiezas, pero este de la micología es un proyecto personal, implementado durante este mismo año.
Producir Shitake en la zona es algo novedoso: «Non coñecemos xente que se dedique principalmente a isto, coñecemos a algúns produtores, pero en versión hobby, dalgunha maneira. Producir Shitake é como unha alternativa á produción forestal», explicó el joven en Voces do Agro, programa conducido en Radio Voz por Luis García, director de la EFA Fonteboa (Coristanco). Fue en este centro, además, donde el pasado viernes intervino Fabián, dentro de las 13.ª Xornadas Micolóxicas, hablando precisamente del manejo y producción de esta seta que tiene desde múltiples beneficios para la salud hasta diversas aplicaciones culinarias: sabor y olor, con alguna nota a tierra, caramelo y nuez moscada, según quienes la conocen, son «atractivos», corroboró el profesional. Están contentos con lo que han logrado hasta el momento: tienen 200 troncos productores y aunque lo normal serían dos cosechas al año, ellos han conseguido mejorar esta información y obtener una producción casi de forma continua.
Inoculación en troncos
¿Troncos? Efectivamente. Logran el Shitake inoculando el hongo en ellos. No vale cualquier madera, cuenta Fabián: «Teñen que ser duras, como o carballo, ou o castaño, todo o que sexa especie non resinosa». Hacerlo de esta forma es un proceso que lleva su tiempo, «un cultivo ecolóxico lento». Producirlo en bloques de fructificación sería más rápido, logrando obtener setas en apenas dos meses, pero ellos han apostado por los troncos, por la otra vía. Allí donde se perfora el tronco, explicó, conviene tapar con cera de abeja o también co parafina, para que no pueda haber ningún tipo de contaminación ni se genere un foco de infección. De entrar otro hongo, igual se perdería la base de cultivo. Camafreita habla de un período de incubación de seis meses y, a partir de ahí, de un período de fructificación en el que hay que velar por las condiciones de temperatura (de 15 a 20 grados) y de humedad en el ambiente (de entre el 80 y el 90 %). Lo ideal es, pues, propiciar una atmósfera controlada, al menos si lo que se hace es con fines productivos, más allá de una experiencia particular: «Sobre todo, tendo en conta que aquí o tempo varía moito». De momento, el centro de producción de esta seta lo tienen en Meanos, pero la idea es llegar pronto, también, a Santa Comba. A la hora de su recogida, son setas delicadas. Cortar, limpiar y procesar son los pasos esenciales: «Temos venda en fresco, deshidratado e envasado ao baleiro», dice Camafreita.
Empezaron ya a distribuir, pero han hecho una pausa para centrarse en la formación de la empresa. Más allá del consumo doméstico, de momento, «os potencias clientes de Shitake non están en Galicia», reseña. Es cuestión de motivar y, de hecho, ya han hablado con algún restaurante de la zona, si bien casi todo se envía al País Vasco y Cataluña. Producir Shitake no implica grandes inversiones: «Cunha pouca madeira e comprando algo de micelio, que está a bo prezo... Outra cousa é se queres preparar o teu propio inóculo, aí xa falamos de gastos máis grandes».