Los celestes, que ensayaron con un doble pivote defensivo, se mostraron estériles a la hora de crear fútbol
13 ago 2010 . Actualizado a las 02:44 h.El Celta ofreció una imagen mediocre en su paso por Lugo. Los celestes sufrieron ante un rival que apostó por la posesión como argumento y, después de una hora de letargo, fueron incapaces de inclinar la balanza a su favor. Los de Paco Herrera mejoraron en los treinta minutos finales, pero ofrecieron un fútbol estéril en ataque. Solo las individualidades inquietaron a la escuadra de Quique Setién. Joan Tomás tuvo la última, pero no acertó con la escuadra desde fuera del área.
El técnico del Celta experimentó por primera vez con un doble pivote defensivo, compuesto por Garai y Vila. Por ello, Trashorras adelantó su posición hasta el enganche con el delantero. Pero el ensayo no salió bien. El Lugo se adueñó de la posesión desde el pitido inicial y, por medio de disparos lejanos, gozó de las mejores ocasiones a lo largo de la primera mitad.
Los vigueses ofrecieron una imagen gris. A pesar de que dejaron destellos de calidad a cuentagotas, no pudieron imponer su clase ante un rival de inferior categoría, pero envalentonado. Durante el primer acto, la única ocasión de la que gozó el Celta llegó tras un error en el control de Escalona, que tuvo que rectificar con un despeje en la línea de gol.
A pesar de que los locales se mostraron superiores durante muchas fases del encuentro, la defensa celeste, en la que reapareció Sergio Ortega, no sufrió en exceso.
Cuando el partido sobrepasó la hora de juego, el Celta metió la quinta marcha para tratar de sentenciar a un adversario que amenazaba con volver a subírsele a las barbas. Pero el Lugo no se descompuso. Escalona mantuvo el tono bajo los palos y los lucenses sacaron el látigo de los contrataques para mantener a raya al creciente rival.