Después de setenta minutos de querer y no poder, de ataques previsibles, de una inquietante falta de capacidad para tirar por dentro de los tres palos, Marcos Álvarez rescató al Racing. Cierto que no se pueden ganar todos los partidos con plácidas goleadas en la primera parte, o que en esta Tercera funciona madurar los encuentros hasta encontrar un bajón físico del rival, pero al equipo verde le costó mucho desarbolar a un Pontevedra B al que terminó ganando por 3-0 en A Malata. El líder supera en un punto al Cerceda, que cuenta con un partido menos, y amplía hasta cinco su ventaja sobre el Ourense, tercero.
Tras un cuarto de hora animado por la vitalidad contagiosa de Juan Martínez, que revoloteó por todo el centro del campo a la caza de recuperaciones de balón, el Racing encalló. Tuvo un puñado de buenas oportunidades (sobre todo a balón parado, incluido un lanzamiento de Pablo Rey al larguero) ante un rival al que no dejó respirar, pero acabó adormilándose.
Con su once de gala y el único cambio de la entrada de Baleato en el sitio del lesionado Santi Silvar, al Racing le abandonaba al inicio hasta el instinto goleador de Felipe, que desperdició alguna ocasión de las que nunca malgasta. También Sergio Arias parecía por momentos el de las primeras jornadas, y no el de su racha actual. A los 37 minutos llegó el primer tiro entre los tres palos, gracias a un lanzamiento de Poratti. No hubo más hasta el 71, cuando Rafa Mella aprovechó un balón suelto en la frontal para inquietar al portero del Pontevedra B, Ríos.
El entrenador del Racing, Luisito, había empezado a mover piezas en el descanso, cuando Marcos Álvarez sustituyó a Poratti y Marcos Suárez a Felipe. Y el entrenador de Teo acertó de pleno. Ante un rival ya encerrado en su campo, el juego de espaldas del ex delantero del Lugo y su movilidad empezaron a cambiar la cara del equipo verde. Después, entró Rafa Mella por Pablo Rey, y el coruñés añadió chispa al ataque. Casi a falta de un cuarto de hora para el final, Marcos Álvarez aprovechó un balón servido desde la izquierda para abrir el marcador.
Al rato, el propio jugador ortegano se fabricó Él solito el segundo gol. Robó un balón a Anthony -el nieto del presidente de Zambia, Rupiah Banda-, se perfiló para buscar un disparo desde el pico del área y puso el balón donde quiso. Con el Pontevedra B ya desarbolado llegó el tercero, tras una combinación entre Marcos Suárez y Marcos Álvarez que remató Sergio Arias, en su cuarto partido consecutivo viendo puerta para el equipo verde.