En medio de un contenido clima de fastos, incluido el premio al mejor entrenador de octubre para Quique Setién, otorgado por la LFP, la familia rojiblanca convive con la fase de mayor esplendor histórico: segundo puesto y, por consiguiente, en plaza de ascenso directo a Primera; aforo de 8.000 espectadores después de las obras de remodelación en marcha, incluida la instalación de una grada en el fondo sur para más de 2.200 espectadores, y registro récord de partidos televisados como uno de los clubes más solicitados, teniendo en cuenta el caché de revelación por juego y resultados. A punto de cumplirse el primer tercio de la Liga, sin embargo, todo es transitorio en este maratoniano campeonato de 42 jornadas.
Para el equipo lucense el calendario se ha empinado muchísimo, coincidiendo con una racha de bajas importantes. Y todas han mutilado su delantera, con las seguras ausencias de Rennella, su máximo goleador, y Pablo Álvarez, amén de las dudosas presencias de Sandaza e Iván Pérez, que apenas han podido entrenar durante la semana y llegan entre algodones al partido, dejando como único delantero sano a Juanjo.
Precisamente, será el Murcia el incómodo y difícil rival de esta tarde, que ya se ha convertido en asiduo visitante del Ángel Carro en la últimas temporadas, con ascenso directo incluido a Segunda en el recinto de A Cheda. Temido por su rentabilidad realizadora en las jugadas de estrategia, el renovado equipo pimentonero aparece como un conjunto espartano y disciplinado.
Para el Lugo es una prueba de fuego y una reválida en las alturas. Su competitividad está en juego, porque es en este tipo de compromisos donde se ganan o pierden las credenciales. Jugar sin la presión de optar al ascenso, puede ser un arma de doble filo, según Setién sepa mentalizar a sus hombres. Las bajas en la delantera, donde es posible que el equipo tenga que encomendarse a Juanjo, acrecientan las dudas y refuerzan la teoría del paraguas defensivo, como arma eficaz en las siete jornadas de imbatibilidad existentes. Prolongar ese paraguas es una de las claves de esta tarde. Las otras, las ofensivas, pueden surgir desde atrás, desde la segunda línea, si los hombres de dentro y fuera reconvierten su olfato realizador. En medio, el equilibrio no puede fallar.