Iván Pérez se integró a la perfección en el esquema de juego, en el estilo planteado por Quique Setién. Un entrenador para el que solo tiene palabras de gratitud: «Me dio la oportunidad de jugar de inicio, confió en mí y me hizo mejorar en bastantes cosas. Me dio pausa, me aconsejó que estuviera más tranquilo en el campo, no tan acelerado».
El propio técnico le comunicó que no seguía. «Me llamó y me explicó lo que había aportado para el equipo, y me dijo que, entre los perfiles de lo que buscan para el año que viene, yo no encajaba. No hay que guiarse por sentimentalismos. El club busca lo mejor para sí, y yo siempre recordaré al Lugo como un lugar increíble en el que estar. En el que se vive el fútbol de una manera especial», resalta.
Con la espina de la promoción
Se queda Iván con la espina de no poder disputar la promoción de ascenso. «Lo tuvimos ahí -lamenta-. No lo conseguimos. A veces pecamos de defender un poco más. Pero nosotros somos el Lugo, y el objetivo era mantenerse. Y lo conseguimos. Les ganamos el golaveraje a todos los de arriba. Y lo importante es que hicimos una buena campaña en una competición muy reñida».
Ahora, espera noticias de futuro. Llamadas de otros clubes, para volver a demostrar su fútbol, toda vez que Lugo queda ya en el recuerdo. No descarta nada, aunque su prioridad sería encontrar de nuevo acomodo en la Segunda División. «A ver si tenemos suerte y seguimos en la categoría, -dice-. Con esa ilusión estamos en el día a día». Tampoco le cierra las puertas al extranjero. Todo, para, a sus 28 años, seguir disfrutando de su deporte.