El técnico de moda en Segunda reconoce que le gustaría seguir en Lugo
22 jul 2020 . Actualizado a las 22:31 h.Juanfran García (Valencia, 1976) llegó a Lugo para ayudar a un equipo que estaba en la UCI. En veinte días, fue capaz de resucitarlo y ahora toda una ciudad celebra una permanencia que parecía inalcanzable.
-Han pasado 48 horas desde que se logró la permanencia, ¿todavía sigue en una nube?
-La verdad es que aún no he asimilado lo que hemos hecho. Supongo que en 24 o 48 horas, cuando el cuerpo acabe de descargar toda esa energía, será cuando me venga un poquito abajo.
-Se celebraría bien, ¿no?
-Sí, sí. Se celebró como lo merecían todos los jugadores. Fue un año bastante duro, convulso en cuanto a gestionar sus emociones, y al final lo descargaron de la mejor manera posible.
-¿Cómo estaban los jugadores cuando llegó?
-Afectados, anímicamente no estaban en un estado óptimo. Pero se les convenció y creyeron. Para eso era necesario que los resultados saliesen, porque al final si los resultados no son los esperados tu ánimo decae. Durante todas las jornadas corríamos el riesgo de poder obtener un resultado negativo que mermara seriamente a los jugadores, pero, afortunadamente, no ha sido así.
-¿Qué es lo que más le ha sorprendido de este grupo?
- Que es una verdadera familia. Todos remaban en la misma dirección, se mataban por el compañero para que las cosas salieran, con un respeto máximo, una implicación brutal… y eso ha hecho que los resultados sean lo que se ha demostrado.
-¿Cómo de importante ha sido la aportación de los más veteranos?
-Fundamental. Pero no solo, la suya, la de todos. Nosotros en seis partidos hemos usado a 26 jugadores. El día de Girona pusimos a Álex Rey y Morais, del filial. Yo no soy un entrenador que juzgue por la edad, en el momento en el que nos estábamos jugando todo metimos a dos chavales de 21 años. Nosotros al que vimos implicado y que se suma a la causa, hemos contado con él.
-Ahora que es un héroe en Lugo, ¿seguirá en el banquillo?
- Yo, evidentemente, quiero. A día de hoy es cierto que estoy esperando a que me digan algo. El club no se ha puesto en contacto conmigo todavía, pero supongo que se pondrá pronto.
-Publicó en Instagram una foto de la celebración del otro día con una frase que decía: «Esa sensación de que, si el mundo se acabara, solo quedarían dos cosas en la tierra: el Lugo y las cucarachas». ¿Por qué?
-Esa es la sensación que nos han transmitido los jugadores, que eran capaces de conseguir lo que quisieran y que, si pasara eso, quedarían ellos y las cucarachas.
-Y a la afición, ¿qué mensaje le querría transmitir?
-Han estado de diez. Ha sido una pena que no estuvieran en el campo porque se lo merecían. Espero volver a verlos pronto.
«Evidentemente, el trabajo táctico ha existido, y más de lo que la gente piensa»
La presión de saber que un tropiezo podía ser definitivo fue paliada por un gran trabajo en el plano emocional. La confianza llevó al equipo a no dudar bajo ninguna circunstancia.
-¿Hubo algún momento en el que viera más negro conseguir la permanencia?
- No lo hemos llegado a ver negro. En el primer partido, llegas y ganas. Después sacas un punto de un campo como el del Alcorcón, vuelves a jugar fuera, contra la Ponferradina y ganas 0-1… El siguiente partido empatas y las dos últimas jornadas ganas, entonces, no lo hemos visto negro en ningún momento.
-Tras el gol de El Hacen en Tenerife, ¿sintieron que casi lo habían conseguido?
-Nosotros hasta el punto en Tenerife lo dábamos por bueno. Pero los jugadores, con la victoria, se dieron cuenta de que tenían la permanencia en la palma de su mano porque dependían únicamente de ellos.
-Se habla mucho del propio El Hacen como una de las gratas sorpresas de la temporada. ¿Quién le ha sorprendido más?
-Destacar a un jugador sería muy injusto. Todos han estado a un nivel muy alto y han aportado mucho. El mérito es de los 33 de la plantilla.
-Se alaba mucho el plano psicológico, pero el equipo consiguió mejorar en varios aspectos, sobre todo en cuanto a solidez defensiva y a conseguir una altísima efectividad de cara a puerta a sus órdenes.
-No solo hemos trabajado en el aspecto de tocar la patata, como digo yo. Detrás de todo hay un trabajo táctico de adaptar el juego en función de los perfiles y características de los jugadores. Siempre hemos buscado que dentro de un contexto de exigencia, el jugador estuviera cómodo. No los hemos expuesto nunca porque creíamos que la situación no era para ello, por lo tanto, estamos muy contentos con el trabajo que hay por detrás porque ha sido duro y sin mucho tiempo. Evidentemente, el trabajo táctico ha existido, y más de lo que la gente piensa.
-No se para de hablar del vídeo de Maradona, ¿podría confesar algún otro protagonista?
-Ha habido de todo, gente anónima, amistades de algún jugador. Independientemente de que sean más o menos famosos, agradecemos a todos los que se han sumado para ayudarnos. Queríamos que desde el primer día se sumase el mayor número de gente a al causa, porque nos traería mucha energía positiva.
«El club demostró valentía al buscar en mí lo que el equipo necesitaba, y la vida premia a los valientes»
La llegada del técnico valenciano fue una sorpresa para muchos. Aterrizó en Lugo a 24 horas de jugar contra el Numancia. Hoy, ha resultado una apuesta ganadora.
-¿Cuando contactó el club con usted?
-El club había contactado conmigo un lunes por la tarde noche. Enseguida nos pusimos de acuerdo, y me vine por la noche conduciendo.
-¿Qué estaba haciendo en ese momento?
-Estaba buscando posibilidades y salió esta. Sabíamos que era un reto, pero desde el primer día supimos también que no hay nada imposible y los jugadores nos demostraron que creían en que lo podíamos conseguir.
-¿Qué se le pasó entonces por la cabeza?
-Sentí felicidad y que el club estaba demostrando tener valentía por buscar en mí lo que el equipo necesitaba, y la vida premia a los valientes.
-Usted también demostró valentía al aceptar debutar como entrenador en un equipo que estaba prácticamente desahuciado
- Sí, sí. Evidentemente, yo siempre he confiado en mis posibilidades porque me encontraba en condiciones óptimas y me veía capacitado para aceptar esta situación. Habría sido un riesgo aceptar sin estar preparado.
-¿Qué sabía del club antes de llegar?
- Bastantes cosas, sobre todo en cuanto a jugadores y gente que está alrededor del equipo. Roberto Fernández y yo jugamos en el Celta juntos, entonces lo llamé para pedirle información y perfiles de los jugadores que había, teníamos muy poquito tiempo para asimilar mucha información. Contacté con mucha más gente, y todos coincidían en lo mismo, la calidad humana que tenía el vestuario. Al final eso es una garantía cuando vas a afrontar una situación como estas.