La previa de Albés en rueda de prensa proporcionó en mi opinión dos cuestiones relevantes. La primera de orden táctico. Comentó que ante un equipo que se movía mucho, en referencia a la Real B, el Lugo tenía que moverse poco. Genial. Me parece que si el mismísimo Guardiola, Zidane, Mouriño u otro de semejante enjundia hubiese comentado esa frase, hubiera dado mucho que comentar y reflexionar.
Me permito la licencia de deducir lo que quiere decir esa frase antológica. Ante un equipo con mucha calidad, exagerada movilidad, ritmo alto de juego y con previsión a un escandaloso porcentaje de posesión de balón, lo mejor es hacer lo contrario. No moverse mucho, estar juntitos, posicionamiento en repliegue, ayudas defensivas constantes, coberturas, no salir de espacios y zonas defensivas individuales, basculaciones efectivas y no hacer entradas. También estar preparado a que el rival te someta durante muchos minutos y tu equipo encuentre normalidad en todas esas acciones, que no exista cansancio mental a la hora de estar continuamente en fase defensiva. Todo esto lo puede hacer un equipo que cree en lo que hace, que lo que hace lleva a desesperar al adversario y por tanto a un resultado positivo. Este equipo está tan acostumbrado a la trinchera como a batallar en campo abierto. Asume su rol con absoluta normalidad en función de lo que marque el guion de esa tarde. Sabe encontrar su momento porque siempre llega y llega porque lo busca. Había que esperar el error de este joven rival, apareció y lo aprovechó. Casi todo lo que pasó en este encuentro, ocurrió en la primera parte. Asedio donostiarra, algún contraataque lucense y mínima ventaja visitante. La segunda, faltas, interrupciones, poco ritmo y dejar que pase el tiempo. Todo transcurría como quería el Lugo o sea muy poco. Se nubló un poco la tarde porque los locales acertaron una de sus múltiples aproximaciones.
La otra cuestión relevante en rueda de prensa que me llamó la atención fue la alusión a las opciones de futbolistas del filial. Esto es fútbol profesional, aquí no se regala nada. Hay que ganarlo. Entrenando en la Cheda, compitiendo en Pol. Aprovechando las máster class del Ceao. Ninguna duda en eso, las cosas claras y reales, en todo caso la amplificación de la sala de prensa puede chocar con la ilusión y la esperanza a la que tenemos derecho todos. Nadie conoce el vestuario de un filial como nuestro entrenador.
Anoeta, escenario mayúsculo, partido comprometido, saldado con un resultado más que bueno. Deja muy tocado a un rival directo y encadena un partido más una racha excepcional. La semana fue movida, los nuestros no se movieron y acertaron.