El Club Deportivo Lugo completó una primera mitad cohesionada en Leganés. En la segunda parte, solo generó la ocasión final. Una producción ofensiva absolutamente insuficiente, a priori, para puntuar ante un adversario que nunca entre Primera y Segunda había encadenado once jornadas sin perder. Es cierto que el Lugo pudo sumar de haber acertado ese remate final, pero las otras dos únicas ocasiones son dos faltas directas de Sebas Moyano en la primera mitad. Por cierto, otros posibles lanzadores podrían ser Xavi Torres, Zé Ricardo, Orest Lebedenko o, incluso, Miguel Loureiro vistos los dos golazos desde fuera del área contra el Granada y en el amistoso en Ferrol del lateral derecho de Cerceda.
El partido fue muy digno defensivamente, pero ofensivamente deben crear más. El Lugo apenas tuvo continuidad con balón. La mejor pausa en posesión fue esa apertura final de Marc Carbó en la mencionada ocasión definitiva. Dani Vidal también tiene esa virtud, pero estaba sancionado.
Xavi Torres no jugó como central, sino como interior. Es decir, ni siquiera de mediocentro. Una sorpresa táctica de Fran Justo colocándolo a mucha más altura. Xavi no jugaba en esa demarcación desde hace más de una década en el Levante (2010-2012).
Orest Lebedenko volvió a jugar como titular. Apenas se proyectó ofensivamente, pero defensivamente sí estuvo muy sólido, salvo en una jugada con Dani Raba en la segunda mitad.
Álex Pérez volvió a jugar 362 días después, aunque se lesionó el 1 de febrero. Ganó el primer duelo con Juan Muñoz, estuvo correcto para tanto tiempo sin competir, pero cierto es que en el gol el equipo y el propio Álex Pérez no están suficientemente activos en el rechazo. Además, demasiados jugadores ocupan el mismo espacio en la conducción de José Arnáiz, una jugada que el ex del Valladolid tiene como principal característica en su carrera.
Es necesario fichar un extremo zurdo y un mediocampista ofensivo. Cuando menos. El Lugo no tiene ni un solo extremo zurdo desde hace temporada y media cuando se marchó Puma Rodríguez.