Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Ander Cantero: «Si no se hubiera dado la opción del Eibar, seguiría encantado en Lugo»

MILLÁN GÓMEZ

CDLUGO

Carlos Castro

El portero pamplonés, muy carismático y querido para la afición lucense, vuelve este sábado al Ángel Carro por segunda temporada consecutiva con el equipo eibartarra

17 feb 2023 . Actualizado a las 13:00 h.

Ander Cantero (Pamplona, 1995) forma ya parte de la historia dorada del Club Deportivo Lugo, un equipo acostumbrado a grandes porteros en estas once temporadas en Segunda. Absolutamente clave en dos permanencias heroicas, con mucha empatía y reciprocidad con la grada y uno de esos futbolistas especiales que consiguen hacerse querer por su rendimiento deportivo y, sobre todo, por sus valores. Ahora vive su segunda temporada en el Eibar tras ser titular en el segundo tramo de la temporada pasada y quedarse muy cerca del ascenso en dos ocasiones. Comparte portería con Luca Zidane y con Yoel Rodríguez. Este último, otro ex del Lugo con el que el navarro comparte vestuario desde su llegada a Ipurua en el verano de 2021. Este sábado (16.15 horas. LaLiga SmartBank TV) regresa a la que su casa un par de años.

—¿Cómo se está encontrando a nivel deportivo y personal en su segunda temporada en el Eibar?

—Este año empezó un poco raro. Después de febrero del año pasado, cogí la titularidad y jugué todo hasta acabar la temporada. En el último partido perdemos la opción del ascenso directo. Vamos al play off, ganamos en la ida en Girona y en la vuelta no somos capaces de meter un gol para empatar la eliminatoria y que nos diera la opción de poder pasar. Acabas con rabia un año muy bueno. Apuestas por salir a un equipo en el que el objetivo era el ascenso y lo peleas hasta el último momento. Se vio que daba el nivel para poder jugar. Pasé el verano muy motivado, recuperándome de la mala sensación con la que acabamos la temporada. La pretemporada la pasé con mucha ilusión. Llegó el primer partido de liga y, para mi sorpresa, no empecé jugando. No recibí ninguna explicación. Fue un golpe muy duro. Son cuestiones que  pueden pasar, pero entiendo que no es lo normal al estar en la situación que estábamos porque seguía el mismo entrenador y seguían los dos mismos porteros. Fueron semanas malas, tienes pensamientos negativos. Lo que tenía en la cabeza era que podía tener alguna culpa en no ascender. Cuando hay un cambio siempre te haces preguntas. Cuando no tienes respuestas se hace más duro. El club contrató a otro portero el último día de mercado. Empezamos la temporada tres porteros, tres compañeros. Aquí estamos en la pelea e intentando estar lo mejor posible. Con sensaciones buenas de saber que estás haciendo un buen trabajo, que lo estás dando todo en los entrenamientos, intentando demostrar el nivel que diste el año pasado. Ahora, esperando cualquier oportunidad con la ambición de saber que la Segunda es muy larga y en cualquier momento te puede tocar jugar.

—¿Qué destacaría a nivel técnico, físico y táctico de Luca Zidane, el portero titular actualmente?

—Consiguió ascender con el Rayo Vallecano. Jugó en Primera la temporada pasada. Ya lo conocía de mi etapa en el Real Madrid C. Vino alguna vez a entrenar con nosotros. Tiene unos reflejos muy buenos y el juego de pies lo domina como nadie. Hay que pensar que lo importante es el bien colectivo, que le salgan buenos partidos y consigamos los máximos puntos posibles.

— Yoel también jugó en el Lugo. ¿Hablan de sus etapas aquí?

— Sí, sí. El año pasado estaba también Fran Sol y éramos cinco ex del Lugo. Recordamos mucho. A todos nos ha marcado un poco esa pequeña ciudad, ese pequeño club. Todos guardamos un gran recuerdo. Hablo con Yoel de la época de Setién que le tocó vivir a él. De su época solo seguían Pita y Seo. Más que del club, hablamos también de la ciudad. Nos hemos sentido muy a gusto en Lugo.

—Cuando Yoel se fue dijo que a Lugo llegas llorando y te vas llorando. ¿Le pasó lo mismo?

— Sí, totalmente. La marcha fue dura por el cambio deportivo y por el cambio personal. En el Lugo conseguí en esos dos años el cariño de la afición. El futbolista eso lo valora, eso lo siente. Era muy difícil decir que no a un proyecto como el Eibar que venía de Primera. También volvía a estar más cerca de casa después de muchos años fuera. Fue lo que transmití al presi y a la dirección deportiva. Mi deseo era marchar. Si no se hubiera dado la opción del Eibar, hubiera seguido encantado en Lugo. El cariño de la afición es por lo que juegas al fútbol. Sentirte valorado, respetado.

—¿Con qué momentos se queda de sus dos temporadas en Lugo?

— Me acuerdo mucho de la primera victoria, que fue contra el Huesca. Era mi primera victoria en Segunda porque en los partidos anteriores que había jugado con el Rayo Majadahonda no había conseguido ganar. Tenía un poco esa espinita. Fue contra un rival que acabó ascendiendo. Tengo también muy presente el triunfo que conseguimos en El Sardinero después del parón del covid, de meses duros en casa, de incertidumbre, de entrenar en casa, de estar muy lejos de la familia.... Fue un partido muy especial. También la victoria contra el Mirandés en casa para conseguir la permanencia. En la siguiente temporada, el partido de Albacete, porque estábamos los dos equipos que cualquiera que perdiera quedaba muy tocado. El punto parecía malo, pero nos seguía dando opciones. Y parar un penalti en el minuto 88 siempre puede adquirir un poco más de relevancia. Y el partido en Vallecas fue el broche de oro, la despedida soñada. El partido que sale es espectacular. El mejor partido que he hecho en mi vida prácticamente. Conseguir esa salvación fue espectacular. Son cuestiones que me van a durar toda la vida.

—¿Qué fue lo que más influyó en su fichaje por el Lugo?

—Lo que más influyó fue la llamada de Roberto, que en ese momento estaba de entrenador de porteros. Que me llamase, que me contase el proyecto y la idea que tenía él de la portería. Me dijo que era un club para estar dos o tres años, hacerlo bien y tirar para arriba como han demostrado tantos porteros y jugadores que ahora juegan en categoría superior. Esa llamada y esa confianza que demostró fueron claves.

—¿Cómo ve al Lugo desde la distancia?

—Con sufrimiento. Tienes aún gente allí con la que has pasado muy buenos momentos. No eres ajeno a todo lo que rodea la institución. La gente siempre me pregunta por el Lugo porque saben que he estado allí, que le tengo mucho cariño. El Lugo sabe estar en esta situación, tiene que ser lo más fuerte posible, los que están ahí dentro dar lo máximo porque es importante para la ciudad, para el club y para los jugadores. Sí lo sufres.

—¿Cómo vivió la marcha de Carlos Pita, un excompañero, de la dirección deportiva?

—Con mucha lástima. Con Carlos tuve muy buena relación. A los dos nos encanta el fútbol. Hablamos de fútbol la mayor parte del tiempo. Éramos vecinos. En el confinamiento veía más a su familia que a la mía. Cuando se retiró, le dije que lo admiro, que tengo envidia sana por la trascendencia que ha tenida en la gente, en el club, en la ciudad. Un futbolista consigue eso muy pocas veces. Así lo siento. Hace poco hablé con él. Me consta que tiene la conciencia tranquila y eso es lo más importante. Pita siempre va a dar el máximo por el bien del Lugo. Seguro que en un futuro vuelve y acaba cuajando esa relación porque es algo excepcional en el mundo del fútbol y es algo muy bonito.

—En su carrera destacan también dos cuestiones. La primera, su debut en Copa del Rey con el Villarreal. ¿Cómo lo recuerda?

—Pues sí. Con el tiempo le das más valor. Cuando estás en una cantera igual no valoras tanto estar en un filial, estar entrenando en dinámica de primer equipo. Ese año fue increíble porque tuve que entrar en dinámica únicamente de primer equipo como segundo portero de septiembre a diciembre por la desgracia de la lesión de Andrés Fernández. Fue algo increíble en todo un Villarreal, que en ese momento estaba jugando Europa League, top cinco de los mejores clubes de España. Conseguir debutar es algo a lo que le doy mucho valor. Ves casos de mogollón de jugadores que están en filiales, en canteras o en el Villarreal y no consiguen debutar. Lástima que para la vuelta ya se había recuperado Asenjo y Barbosa había empezado a jugar en Liga. Qué pena no haber completado la eliminatoria completa. Con Javi Calleja muy, muy bien desde pretemporada con el filial del Villarreal, jugué los tres primeros partidos con el filial, luego ya subí yo y le subieron a él después de la destitución de Escribá. Fue algo que me ayudó mucho, me hizo crecer y luego acabamos jugando play off de ascenso con el filial. 

—En segundo lugar, su media temporada en el Real Madrid C y entrenando dos veces con el primer equipo en la primera etapa de Carlo Ancelotti. ¿Cómo valora esa experiencia?

—Es una experiencia que sueñas con ella, pero que en la vida piensas que puede suceder. Después de dos años en el filial de Osasuna, salí cedido al Zamora, en Segunda B, jugando bien, dando buen nivel y, de repente, el último día de mercado, se hizo mi fichaje por el Real Madrid C. Te plantas allí en Valdebebas, un mundo totalmente diferente a lo que había conocido hasta ahora. La experiencia fue muy buena. Fui con la idea de disfrutarla a tope. Sabía que era algo que iba a pasar casi una vez en la vida. Jugué en uno de los mejores equipos del mundo. Pude entrenar un par de veces con el primer equipo, con jugadores del máximo nivel y estar allí con ellos, aunque sean un par de horas, me lo voy a llevar para toda la vida. Fueron unos meses muy intensos, en los que lo di todo. En verano no se dio la opción de poder quedarme. Tengo muy, muy buen recuerdo, sobre todo de la gente del club, de la sorpresa de encontrarme gente muy humilde, muy normal. Porque podías pensar que era el Real Madrid y no sabías lo que te podías encontrar. 

—¿Por qué cree que Cantero es tan querido y carismático en Lugo? Incluso sus padres, muy activos en redes sociales, también lo son.

—Casi son ellos más queridos que yo (se ríe). La pena es que no creo que vayan a Lugo porque al no estar jugando yo se hacen un poco más difíciles los viajes. No es algo que buscas, sale natural. Yo soy de Arrotxapea, un barrio humilde de Pamplona. Mis padres me han inculcado desde pequeño la honestidad, el trabajo. Eso la gente lo siente y ve la pasión con la que juegas en el campo. Siempre te ve con actitud de pelear, de sacar las cosas adelante. Es lo que ha valorado la gente en Lugo. Que la afición del Lugo vaya a tener siempre un buen recuerdo de mí es uno de mis mayores orgullos. Estoy muy orgulloso de que piense eso toda la gente que habéis estado alrededor del club, la gente con la que he coincidido en la ciudad.