Se despide el Club Deportivo Lugo del Ángel Carro poniendo epílogo a una bella historia de amor ininterrumpida en el escenario de la segunda máxima categoría de nuestro fútbol entre los auténticos protagonistas de nuestro deporte, los jugadores y los aficionados que acuden cada dos semanas al estadio con el escudo lucense cosido en el corazón, los que no saben si están despiertos porque no paran de soñar en esa casualidad tan hermosa que les trajo el cielo hace once años.
Rinde visita a Lugo la SD Huesca, sin lugar a dudas, una de las mayores decepciones del actual campeonato, avalados por las siete jornadas consecutivas sin conocer la victoria, sin ganar a domicilio desde el 12 de octubre y lideres en la pérdida de duelos disputados y en la comisión de infracciones en el propio área castigadas con penalti. Con una plantilla confeccionada inicialmente para objetivos mucho más ambiciosos y con futbolistas de contrastada calidad y amplia experiencia en la categoría, la sorprendente trayectoria de los oscenses solo se explica desde el exceso de relajación por parte de una veterana plantilla y un excesivo cúmulo de errores en la confección del plantel deportivo, con el anuncio de flamantes fichajes con muy escasa participación en el juego y presencia testimonial.
Variedad en los sistemas
José Ángel Ziganda, técnico oscense, ha propuesto varios sistemas de juego en el transcurso de la temporada, siendo el habitual en las últimas jornadas el 1-4-2-3-1, otorgando confianza en el once titular a Andrés Fernández en portería, Ratiu y Florian Miguel en laterales, con Rubén Pulido y Jorge Pulido como centrales, Timor y Cristian Salvador en la posición de medio centro, con Gerard Valentín, Juan Carlos Real y Marc Mateu en la media punta y con Samuel Obeng como principal referencia ofensiva. La sanción que acarrea Ratiu en la presente jornada parece propicia para la presencia de Juanjo Nieto en su posición natural, mientras que los problemas en el tobillo de Jorge Pulido debieran suponer el retorno de Jérémy Blasco a la titularidad. Joaquín Muñoz, recientemente recuperado de lesión, Kanté y Javi Martínez con rol secundario en las últimas semanas, y presencia testimonial de los erróneos fichajes del camerunés Soko y del japonés Hashimoto.
En el sistema mencionado, los oscenses muestran una irregular y escasamente efectiva presión al posicionarse en bloque medio-alto, poco solidaria y con las líneas demasiado separadas, mostrándose más cómodos en posicionamiento de bloque bajo, poblando numéricamente los espacios de juego próximos a su propia área.
Rehúyen el ataque posicional, aspecto corroborado en el dato de ser el equipo con menor posesión de balón por encuentro, proyectándose en ataque mediante ataques directos dirigidos a sus jugadores exteriores, aportando ambos laterales una óptima profundidad ofensiva y mostrando una brillante velocidad y verticalidad. Asimismo, muestran unas estadísticas brillantes en jugadas de estrategia, con extraordinarios movimientos de arrastre hacia el primer poste que propician la franca aparición de jugadores de segunda línea para finalizar la jugada. Especialmente llamativa es la potente puesta en juego de balón por parte de Marc Mateu en el lanzamiento de saques de banda, una estrategia que les ha rendido resultados muy satisfactorios durante el campeonato.