El entrenador del Lugo se congratula de la competencia en su equipo: «Nadie es titular indiscutible»
07 sep 2023 . Actualizado a las 21:43 h.Galicia vuelve a ser el hogar de Pedro Munitis (Santander, 1975), el indómito extremo zurdo que entre el 2003 y el 2006, poco tiempo después de levantar una Champions con el Real Madrid, formó parte de aquel Deportivo que era una seria amenaza para los grandes clubes tanto en la competición doméstica como en Europa. En su intento por encontrar en los banquillos la fama que lo cubrió como futbolista, el ahora estratega cántabro se instala en Lugo para llevar a buen puerto a un equipo levantado sobre las cenizas del curso pasado y que acaba de sufrir su primera gran decepción de la temporada, esa derrota por 0-3 ante el Dépor.
—¿Aún duele ese golpe?
—Por suerte o por desgracia, en el fútbol no hay mucho tiempo para disfrutar de las victorias ni lamentarse de las derrotas. Esa derrota ya es pasado y lo que toca es analizar lo que ha nos ha podido confundir, seguir trabajando y poner el foco en el próximo partido.
—Si el encuentro se repitiera mañana, ¿apostaría por otra alineación y otra estrategia?
—No. El gol tan tempranero sacó todas las virtudes del Deportivo y nos alejó de nuestra mejor versión. El Dépor tiene una gran capacidad para tener la pelota, a veces sin mucha profundidad, y para contraatacar. Ese 0-1 tan pronto generó un escenario muy propicio para ellos.
—En Riazor se creen el rival a batir, lo ha dicho su director deportivo, Fernando Soriano. ¿Piensa lo mismo?
—Por supuesto. Ni Soriano ha descubierto nada ni voy a hacerlo yo diciendo lo mismo. Es el rival a batir por muchas cosas. Por historia, por masa social, por plantilla... Hay que reconocer algo que para mí es obvio.
—¿A qué equipos ve siguiendo la estela deportivista?
—Es complicado acertar a estas alturas de liga. Si digo nombres, seguro que me olvidaré de alguno. Es probable que la Ponferradina esté ahí, Cultural Leonesa, Nástic, Barcelona B... Seguro que me dejé alguno.
—¿El Lugo, quizás? No lo ha metido en ese grupo.
—Mira, me dejé el mío (risas). Es que eso lo doy por hecho. Para eso trabajamos. Somo gente muy ambiciosa, que creemos muchísimo en el trabajo. Trabajamos mucho y pensamos que eso nos va a dar el fruto de estar peleando con los mejores. Si no lo creyera, me hubiera quedado en Santander cerca de mi familia, que cuando estoy lejos de ella lo paso muy mal.
—¿La permanencia en Segunda o el ascenso en Primera Federación? ¿Qué le parece más difícil?
—Soy de la opinión de que es más fácil salvarse en Segunda División que ascender en Primera Federación. Es muy complicado ganar de una forma continuada, y más con la complejidad que tiene esta categoría. Es más sencillo armar un equipo pensado para la permanencia que para estar muy arriba. Y vuelvo a hablar del Deportivo, ya que es un buen ejemplo, puesto que va a cumplir su cuarta temporada consecutiva en esta categoría.
—Han llegado 19 jugadores nuevos ¿Cuándo veremos al Lugo a pleno rendimiento?
—Estamos en plena construcción todavía. A los 19 jugadores nuevos se suma que en el último momento perdimos a dos futbolistas que habían completado toda la pretemporada y eso nos obligó a modificar la posición de alguno que ya estaba en la plantilla. No sé el tiempo que necesitaremos para encontrar la mejor versión del equipo. Ahora mismo, lo que nos toca es ir sobreviviendo y esperar el momento.
—¿Hay alguna línea o algún puesto en concreto donde eche de menos algún efectivo más?
—No. Tenemos dos jugadores por puesto y todas las posiciones bien cubiertas. Estamos muy satisfechos con la plantilla que completamos y ahora queremos que se convierte en un equipo.
—Jozabed fue uno de los fichajes estelares y hay que encontrarle sitio. ¿En qué posición lo ve?
—Lo firmamos con la intención de completar la posición de mediocentro. Teníamos tres y ahora cuatro. Es compatible con cualquiera de ellos. Aunque Jozabed y Aguza tienen características más de ‘ocho’ que de ‘seis’, en algún momento pueden jugar juntos.
—Ahí, en el mediocentro, Sabit parece imprescindible.
—Ha empezado el campeonato ha un nivel muy alto. Se complemente perfectamente con Aguza y creo están formando una buena pareja de mediocentros.
—En ataque ocurre lo mismo con Willy Ledesma. Se presume como uno de los fijos.
—Ningún jugador es insustituible. En este Lugo no habrá titulares ni suplentes. Está claro que a lo largo de una temporada hay gente que juega más y otra que lo hace menos, pero habrá momentos de forma, planes de partido..., y la competencia en casa posición es máxima. Y eso es muy importante para que nadie se duerma y la versión se cada futbolista sea la mejor.
—Sorprendió la titularidad de Carlos Torrado en las dos primeras jornadas de liga
—Es la muestra de lo que acabo de decir. Nadie es titular indiscutible. Decidimos en función de los estados de forma y consideramos que Torrado llegó al inicio de liga con un punto más que Carlos Julio a nivel físico.
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«En esta liga cualquier equipo te pinta la cara»
—A simple vista no parece que el ascenso vaya a estar tan caro como la pasada temporada.
—Puede ser. Si comparamos nuestro grupo con el otro, teniendo en cuenta los presupuestos, posiblemente sea inferior, pero estamos viendo que, gracias a Dios, los grandes presupuestos no hacen grandes equipos. No te garantizan nada. Sin ir más lejos, el curso pasado hubo equipos que pensaban en el ascenso y lo pasaron muy mal para seguir en la categoría. Y hubo otros que parecían destinados a sufrir por la permanencia y acabaron muy cerca de los mejores.
—La representación gallega la completan el Celta Fortuna y el recién ascendido Arenteiro. ¿Qué futuro les augura?
—El fútbol gallego es un fútbol potente. Como te decía antes, aún es pronto para poner límites a los equipos, excepto en el caso del Deportivo, que es claramente el máximo favorito al ascenso. La Primera Federación es una liga muy bonita y de calidad, pero también muy compleja y exigente. Cualquiera te pinta la cara.
—Sorprende el escaso número de veteranos que hay en los equipos. Solo un 12 % del total de futbolistas en el grupo son mayores de 30 años.
—Nuestra media de edad es de las más bajas, es verdad, pero tener más o menos jugadores jóvenes o veteranos no garantiza nada. La clave está en encontrar un buen equilibrio.
«En el Real Madrid no hacía mucha vida social»
El preparador albivermello disputò 475 partidos en Primera División con el Racing de Santander, el Real Madrid y el Dèpor.
—¿Sabría decir cuáles fueron el primero y el último?
—Me pillas. Creo que el primero fue contra la Real Sociedad en El Sardinero...
—Así es.
—Del último seguro que no guardo muy buenos recuerdos, porque se me ha olvidado.
—En Getafe, el 1 de mayo del 2012.
—Puede ser.
—¿Qué partido no olvidará jamás?
—Me lo pones muy difícil. (Piensa) Seguramente me quedaría con el 2-4 con el Racing en el Bernabéu. Porque nos supuso dejar prácticamente asegurada la permanencia, por el rival, por el escenario y porque se habían desplazado muchos aficionados desde Santander. Además, me salió un buen partido.
—Vistió dos temporadas la camiseta del Real Madrid. ¿Cómo fue aquella etapa?
—Fue un aprendizaje muy grande. Quizás me llegó demasiado pronto, sin estar preparado para entender lo que era el Real Madrid en ese momento.
—Coincidió con Casillas, Figo, Raúl, Zidane, Roberto Carlos, Hierro... ¿Cómo era la convivencia en un vestuario con tanto galáctico?
—Me han hecho esta pregunta muchas veces y siempre ha respondido lo mismo. El ambiente era mucho más normal de lo que se creía fuera. No dejábamos de ser un equipo de fútbol, con gente muy normal que compartía inquitudes y problemas. Estuve muy a gusto, muy feliz y me sentí muy respetado
—¿Con qué estrella hizo mejores migas?
—Con todos tenía una buena relación, pero no hacía mucha vida social. Me tomaba muy en serio mi profesión, quizás demasiado en serio. Después de entrenar siempre me iba a casa a descansar.
—¿Quién fue su mejor amigo durante su estancia en el conjunto madridista?
—Iván Helguera. Habíamos jugado juntos en la cantera del Racing de Santander, desde el infantil hasta el filial, y nos reencontramos en el Madrid.
—¿Cómo definiría su etapa en el Dépor? Fueron años de bonanza en Riazor.
—Fue una etapa muy bonita. Estuve tres años allí y me sentí muy bien tratado. La ciudad me hacía sentir muy cómodo porque es muy parecida a Santander. El ambiente en el equipo era muy bueno y había tal equipo que jugábamos la Champions de manera continuada, que tiene mucho mérito