
Con la ilusión de encadenar una tercera victoria consecutiva que se le resiste al conjunto lucense desde hace más de tres años y que, posiblemente, les auparía a puestos de promoción de ascenso, viajan los lucenses por tercera vez en su historia a un feudo que siempre les ha sido esquivo, acumulando dos derrotas en sus dos visitas anteriores. Un encuentro que va a enfrentar a dos entidades que están demostrando una positiva progresión en el campeonato, sumando siete puntos en las últimas cuatro jornadas disputadas, con la dificultad añadida de que el conjunto local únicamente ha perdido un encuentro este año en el Cerro del Espino en el lejano mes de abril frente a Algeciras.
1-4-2-3-1 y once habitual
Y en Madrid esperan los franjirrojos con Carlos Cura al frente del cuadro técnico. El madrileño debuta en la tercera categoría de nuestro fútbol nacional tras sus exitosas campañas realizadas en conjuntos modestos del fútbol de la capital. El ascenso del Ursaria a Tercera RFEF y la disputa de la pasada promoción de ascenso a Segunda RFEF con el filial del cuadro majariego sirvieron de trampolín para acceder al merecido nombramiento como máximo responsable del primer equipo rayista. El joven técnico madrileño utiliza como disposición táctica el 1-4-2-3-1. Un sistema de juego en el que ha otorgado la confianza en Dani Martín en portería, con la mayoría de edad recién cumplida y tras coincidir en el conjunto filial de los majariegos, convirtiéndose en auténtica revelación del campeonato y siendo convocado recientemente con la selección sub-19. Acompañado de Diego Ceballos y Rodrigo Abajas, muy participativos en el juego de ataque, en laterales, Kike Hermoso o Pelayo Suárez acompañando al carismático líder del equipo Jorge Casado, quien debutó en competición oficial con el Real Madrid de José Mourinho, en el centro de la defensa. Sala de máquinas engranada perfectamente con el recorrido de Álvaro Arnedo y la calidad técnica de Raúl Tavares, Alberto Fernández y Rubén Torres disputándose la banda derecha, el explosivo Markus Anderson en banda izquierda y el trabajador Álex Claverías guardando la espalda de su jugador más determinante y principal referencia ofensiva, Rubén Enri, cuya capacidad goleadora ya la ha demostrado en categorías superiores. El exsportinguista Pablo Pérez en la media punta, Fran Reguera en el medio centro y Sergio Camacho en el lateral izquierdo han constituido alternativas al once titular en esta primera fase de campeonato.
Con el juego combinativo como seña de identidad
El conjunto majariego plantea un posicionamiento en bloque medio que, cuando actúa como local, se transforma en bloque medio-alto, acompañada de una presión irregular, poco solidaria y efectiva y con distancias entre líneas que generan espacio de juego al adversario. En fase ofensiva, tratan de iniciar su juego mediante un modelo basado en la posesión de balón, sin renunciar al mismo cuando la presión del rival pudiera aconsejar un fútbol más directo, y abusando, en ocasiones, del pase corto en propio campo, circunstancia que han sabido aprovechar sus rivales. Un modelo de juego en el que destaca la búsqueda constante de la progresión en profundidad a través de las bandas, en las que las diagonales realizadas por sus medias puntas exteriores, con y sin balón, favorecen la creación de espacios de juego a los laterales, que aportan un brillante plus de efectividad al juego ofensivo majariego.
Puntos fuertes
La búsqueda de superioridades numéricas en banda, el dominio de estrategias ofensivas perfectamente trabajadas que incluyen saques de centro y saques de banda, la omnipresencia de Rubén Enri aportando movilidad y capacidad de asociación y las diagonales de Markus Anderson han constituido los aspectos más determinantes de los franjirrojos.
Puntos débiles
Defensivamente, muestran una aceptable contundencia acompañada de nobleza en los duelos individuales, lo que les convierte en uno de los conjuntos menos sancionados de la competición, denotando cierta lentitud en el sector central y cierta vulnerabilidad en bandas como consecuencia del carácter ofensivo de sus laterales y convirtiendo las transiciones defensivas en un punto débil del conjunto madrileño. En ocasiones, se emplean con cierta imprudencia en duelos individuales en el interior de su área penal sin aparente peligro para su portería, lo que se ha traducido en infracciones sancionadas con la pena máxima y que, como ocurrió en el enfrentamiento con la Cultural Leonesa, resultaron determinantes en el resultado del encuentro. Presentan margen de mejora en la disputa de duelos individuales ante balones aéreos, que se hace especialmente evidente en las estrategias defensivas, y en las interceptaciones a disparos desde fuera del área, siendo irregulares las respuestas de su joven guardameta a este nivel, en contraposición con las portentosas cualidades de reflejos demostradas en disparos desde corta distancia.