Adiós a Antonio Ordás, futbolista de los heroicos tiempos del Lugo

Xosé María Palacios Muruais
Xosé María Palacios LUGO / LA VOZ

CDLUGO

Antonio Ordás, en el 2020 en Lugo
Antonio Ordás, en el 2020 en Lugo PALACIOS

Llegó a la ciudad amurallada hace más de 50 años y se hizo lucense totalmente

14 dic 2023 . Actualizado a las 18:48 h.

Antonio Ordás Soto, fallecido este miércoles en Lugo ciudad a los 78 años, era lucense de adopción, pero también de corazón. Nacido en Gijón, llegó a la ciudad amurallada a finales de los años sesenta para jugar en el CD Lugo y se asentó en Lugo como futbolista y como ciudadano.

Su etapa en el club corresponde a unos años, finales de los sesenta y principios de los setenta, que sin duda pueden considerarse heroicos para el equipo y para el balompié. El CD Lugo jugaba entonces en el viejo Ángel Carro, situado en la avenida da Coruña, ya que el nuevo no se inauguró hasta mediados de los setenta. Ni los medios ni las instalaciones podían ser considerados un ejemplo de comodidad.

Hay hay que recordar que en Tercera División, categoría en la que competía entonces el equipo rojiblanco, solía haber también clubes cántabros y vizcaínos, lo que obligaba a largos viajes en autocar.

Ordás no solo se asentó en la defensa del Lugo, cuya directiva estaba entonces presidida por José García Pena, sino también en la ciudad. Su caso es similar al de otros jugadores de entonces como Pacheco, que también llegó de fuera (era burgalés) y se quedó a vivir en la urbe amurallada tras dejar la práctica del deporte. Con Tuto y con Pacheco formó una línea defensiva muy conocida en la que él era puesto a veces como ejemplo de pundonor: a principios de 1972, en un partido jugado con casa contra el Caudal, salió al campo con siete puntos de sutura, fue uno de los destacados del equipo y la afición local coreó su nombre. El Lugo ganó ese día (3-1).

En esos tiempos, en el club rojiblanco había futbolistas procedentes del fútbol local, como Moncho, así como formados en otros clubes de la provincia, como el viveirense Solla. Ordás, que además de coincidir en el equipo con Pacheco era amigo suyo, trabajó como funcionario, se casó y tuvo tres hijos.

Otro integrante del Lugo de aquellos años, el portero Vita, recordaba este jueves a Ordás como buen jugador y buena persona. Sus restos mortales se velan en un tanatorio de As Arieiras, en donde este jueves, a las ocho y media de la noche, se oficia una misa. La incineración se realizará en la intimidad.