SD Logroñés o cómo la impaciencia llega a batir récords negativos

Emilio Rosanes

CDLUGO

Óscar Cela

El rival del Lugo es el equipo menos goleador, el más goleado y suma una única victoria en las 20 últimas jornadas de Primera Federación

17 may 2024 . Actualizado a las 04:14 h.

En el fútbol, como en la vida, el sumatorio de decisiones constituye la piedra angular sobre la que se asienta el nivel de felicidad o infelicidad de las personas.

Un cúmulo de decisiones que en el caso de la SD Logroñés ha contribuido a convertir a la entidad en el equipo menos goleador y más goleado de la categoría, ya descendido, con una única victoria en las últimas 20 jornadas y acreedor a una última posición del campeonato de la que únicamente se libra, de momento, por los puntos de sanción aplicados al Rayo Majadahonda.

No resulta sorprendente cuando un proyecto inicia la temporada con la inexplicable destitución de Jordi Fábregat como entrenador en la séptima jornada, con los riojanos en la décima posición sumando dos puntos más que el gran trasatlántico y campeón actual de la categoría, cinco puntos más que el campeón de la inmediata pretérita temporada y tan solo un puesto por debajo en la tabla clasificatoria del lugar ocupado en el epílogo de la temporada inmediata anterior.

Una prueba más del perjuicio que ocasiona en las entidades el cortoplacismo resultadista que se ha impuesto en nuestro fútbol, amparado en la impaciencia de quienes aterrizan en nuestro deporte para creerse sus dueños e inventores y gobiernan sus entidades desde las más primitivas emociones e instintos. Una lección que debieran aprender del reciente campeón de la competición.

Como suele ocurrir en estos casos, los sucesores de Fábregat no mejoraron los registros del conjunto riojano, acumulando su sorprendente sucesor, Andrés García Soler “Karpin”, únicamente diez puntos en los nueve encuentros dirigidos, con nula experiencia en la dirección técnica de equipos de categoría sénior en nuestro país y avalado por un discreto periplo por el fútbol de China, Ecuador, Noruega y Suecia. Tras su destitución, la confianza de los dirigentes se depositó en Aitor Larrazábal, cuya sobrada experiencia como jugador no ha servido para enmendar la trayectoria sino que ha sido determinante en el descenso del cuadro riojano, tras sumar únicamente diez puntos en los diecinueve encuentros dirigidos

Decisiones amparadas en quiebras de confianza difícilmente entendibles en muy breves espacios de tiempo en las que, quizás, debiera haber sido valorada la llegada y adaptación de dieciocho nuevos jugadores, el rejuvenecimiento de la plantilla, la implantación de un nuevo estilo de juego y la salida de jugadores determinantes en la campaña anterior.

Posiblemente, otro de los factores determinantes en el deficiente deambular del cuadro riojano por la competición haya sido la muy escasa aportación de los jugadores incorporados en el mercado invernal. Ninguno de los Alessio Miceli, Curro Muñoz, Antonio Salado, Ferni, Michael Conejero o Marc Schmerböck ha conseguido afianzarse en la titularidad de los riojanos, aportando una contribución meramente testimonial al juego

Sistema de juego

El conjunto rojiblanco ha dispuesto habitualmente durante la temporada de un sistema de juego 1-4-2-3-1, en el que han sido habituales en las últimas jornadas Ánder Iru en portería, línea defensiva con Gexan Elosegui o Adrián Cova en el lateral derecho y Jaime Paredes en el izquierdo, acompañados de Jon Aurtenetxe, titular en finales de competiciones europeas y españolas con el Athletic de Marcelo Bielsa a sus diecinueve años, y Javier Murúa como habitual pareja de centrales. El exlucense Damiá Sabater y Javi Castellano en la sala de máquinas, por detrás de la línea de tres formada por Óscar Fernández , Dani Garrido y el internacional dominicano Manny Rodríguez , con Jordi Escobar, como referencia ofensiva. La lesión de Jaime Paredes y la sanción por acumulación de amonestaciones de Óscar Fernández podrían suponer la entrada en el once inicial de Imanol Ezkurdia y, posiblemente, de Ferni. Adrián Trespalacios con importante aportación en el centro de la defensa durante la temporada, podría formar parte de la partida inicial.

 Estilo de juego

Los riojanos basan su estilo de juego en un posicionamiento avanzado que les permite realizar una presión en bloque alto bien organizada, que resulta efectiva si el adversario inicia su juego mediante un modelo combinativo. Construyen su juego desde la posesión de balón, asumiendo, con demasiada frecuencia, riesgos innecesarios traducidos en numerosas pérdidas en terreno propio y tratando, como opción prioritaria, de buscar superioridades numéricas en sector central durante la fase de elaboración para finalizar filtrando balones a la espalda de la defensa adversaria, faceta en la que han mostrado efectividad en el transcurso de la temporada.

Fragilidad en los duelos

En fase defensiva realizan una brillante presión tras pérdida en terreno adversario, en la que sale a relucir la adecuada capacidad de trabajo y solidaridad de sus jugadores, si bien no han logrado corregir en el transcurso de la temporada la presencia de una irregular y, en ocasiones, excesiva distancia entre líneas, generando un espacio de juego que los adversarios han sabido explotar en su beneficio. Débiles en las ayudas defensivas y en las vigilancias ofensivas, muestran fragilidad en las transiciones defensivas. Asimismo, han evidenciado fragilidad en el juego aéreo defensivo, evidenciando numerosas pérdidas de duelos individuales a este nivel y carencias impropias en toma de decisión relacionada con el seguimiento de marcajes en la ejecución de estrategias defensivas aún más evidentes ante acciones de centros laterales.

En definitiva, la mayor desilusión de la temporada por parte una entidad sumida en la debacle tras la falta de confianza e impaciencia en relación a la brillante idea inicial de poner en manos de Fábregat una interesante plantilla que combinara experiencia e ilusión . Una historia absolutamente ilógica en nuestro deporte, con el agravante de producirse en la capital de una provincia en la que comparten una herencia histórica, idénticos colores y un mismo estadio dos entidades bajo un mismo nombre y diferenciadas en la letra inicial, SD Logroñés y UD Logroñés