
David Goldar es uno de los jugadores procedentes del equipo juvenil subcampeón de España que se estrena en una pretemporada con el primer equipo
25 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.David Goldar es uno de los jugadores procedentes del equipo juvenil subcampeón de España que se estrena en una pretemporada con el primer equipo. El central recibió el martes un espaldarazo por parte de Luis Enrique. No se fichará a nadie más para el centro de la zaga y en caso de emergencia el asturiano apostará por él y por David Costas. El mejor premio a dos semanas de duro trabajo, aunque el vigués es consciente de que su sitio está en el filial y que tendrá que luchar mucho para hacerse con un puesto en Segunda B. Debutar en Primera como celeste es su sueño.
«Moita ilusión, cando souben a noticia contento pero o importante é traballar para que o míster teña esa confianza e, que se nalgún momento me necesita, poida respaldalo con feitos», comentó el canterano tras conocer el guiño de Luis Enrique.
Goldar es el abanderado de la generación de oro. Su guía después de dos años en el primer juvenil celeste. El acepta su rol, pero con matices: «Levo moitos anos no clube. Xa era o segundo ano en división de honor e asumía ese papel, pero dos cinco que estamos aquí todos o estamos facendo moi ben».
Recibir la llamada del primer equipo para la primera pretemporada fue una alegría y una oportunidad a aprovechar, pero sobre el campo tiene claro que el fútbol habla el mismo idioma en todas las categorías. Eso sí, cargado de determinantes matices: «Isto é fútbol e non é un cambio drástico, aínda que cambian cousas e cada pequeño detalle importa moito, é algo que está máis preto do que parece». Reconoció que al principio le había costado un poco adaptarse al ritmo.
Pese a vivir un verano inolvidable en lo futbolístico, Goldar tiene claro que debe luchar por un puesto en el filial y que allí está su sitio. «O meu sitio é o filial, intentar gañar un posto e poder salvar a categoría canto antes e coller ritmo para que se algún momento Luis Enrique me necesita poder estar á súa disposición». Sería la guinda perfecta.