Transfunden por primera vez a dos pacientes glóbulos rojos fabricados en laboratorio a partir de las células madre de donantes
07 nov 2022 . Actualizado a las 18:10 h.Inyectar sangre creada en un laboratorio para realizar una transfusión. Es algo que parece aún muy lejano, pero la prueba de que es algo más que una hipótesis o una utopía acaba de llegar con un ensayo clínico en el que un equipo de investigadores liderados por la Universidad de Bristol han transfundido por primera vez glóbulos rojos artificiales a dos pacientes. Es todavía un primer paso de un largo camino, pero también la demostración de que uno de los sueños de la medicina puede convertirse en realidad.
Las células sanguíneas fabricadas en laboratorio se cultivaron a partir de células madre de donantes reclutados en la base de donantes de sangre del NHS Blood and Transplant de Bristol y posteriormente se inyectaron a dos de las diez personas incluidas en el ensayo clínico en el que se pretende estudiar la vida útil de las células cultivadas en laboratorio en comparación con infusiones de glóbulos rojos del mismo donante. Es el primer, y hasta el momento prometedor paso, para que los glóbulos rojos cultivados artificialmente puedan estar disponibles en el futuro para su uso clínico de forma rutinaria.
«Es un ensayo desafiante y un gran trampolín para fabricar sangre a partir de células madre. Esta es la primera vez que se transfunde sangre cultivada en laboratorio de un donante alogénico y estamos emocionados por comprobar lo bien que funcionarán las células al final del ensayo clínico», explica Ashley Toye, profesora de Biología Celular de la Universidad de Bristol y una de las autoras del estudio.
La investigación no solo es fundamental para poder disponer sangre para transfusiones en aquellos lugares o en determinadas época del año en las que escasean los donantes, sino que también presenta la ventaja de que los glóbulos rojos creados en laboratorio son jóvenes, por lo que, teóricamente, durarán más tiempo en el cuerpo del receptor.
De esta forma no necesitarían transfusiones con tanta frecuencia, lo que reduciría la sobrecarga de hierro, un problema habitual en aquellas personas que necesitan recibir transfusiones con regularidad y que puede provocar complicaciones graves. Ahora, con el procedimiento habitual, los donantes son de distintas edades, y no toda la sangre presenta las mismas características.
Las dos personas a las que hasta el momento se les transfundió la sangre artificial no han presentado ningún efecto adverso después del seguimiento que se les ha realizado.
En el estudio participarán un total de diez personas. que recibirán alrededor de 5 a 10 mililitros, el equivalente aproximado a una o dos cucharillas, con al menos cuatro meses de diferencia. Recibiirán una minitransfusión con glóbulos rojos estándar y otra de los cultivados en laboratorio, con el objeto de comprobar si los jóvenes cultivados de forma artificial duran más que los que se reciben en las transfusiones habituales de sangre.
«Confiamos en que nuestros glóbulos rojos cultivados en laboratorio duren más que los que provienen de donantes de sangre. Si nuestro ensayo, el primero del mundo de este tipo, tiene éxito, significará que los pacientes que actualmente requieren transfusiones de sangre regulares a largo plazo necesitarán menos en el futuro, lo que ayudará a mejorar su atención», destaca Cedric Ghevaert, el investigador principal del proyecto.
El estudio, denominado Restore, implica a varias universidades y hospitales británicos. Sus responsables también creen que el cultivo de glóbulos rojos podría «revolucionar los tratamientos para las personas con trastornos sanguíneos como la anemia drepanocítica o con tipos de sangre inusuales».
El ensayo «es un primer paso de cara a que los glóbulos rojos de laboratorio se produzcan en el futuro como un producto clínico», aunque su uso sería al menos inicialmente para «un número muy pequeño de pacientes con necesidades de transfusión complejas», señalan los investigadores.