Descubren en una cueva de Francia grabados neandertales de hace 57.000 años

Raúl Romar García
R. Romar LA VOZ

CIENCIA

Son marcas de dedos en la pared realizadas de forma deliberada, lo que asienta la teoría de que la especie extinta también podría tener capacidad de pensamiento simbólico

22 jun 2023 . Actualizado a las 09:13 h.

La capacidad de pensamiento simbólico no es exclusiva del hombre moderno, el Homo sapiens. También poseían esta cualidad nuestros primos hermanos los neandertales, de los que cada vez la ciencia aporta más evidencias de que, salvo en el físico, eran muy parecidos a nosotros y poseían habilidades y tecnología muy similares.

La primera evidencia de una muestra de arte primitivo fue descubierta en septiembre del 2014 en una cueva de Gibraltar, en la que se localizaron grabados en roca de hace más de 39.000 años. Esta evidencia se ha visto respaldada ahora con el hallazgo de un nuevo grabado localizado en la cueva francesa de La Roche-Cotard, en el centro del valle del Loira. Solo que las marcas se han datado en 57.000 años atrás, con lo que se convierten en las representaciones más antiguas realizadas por los neandertales, al menos en Europa.

La investigación, dirigida por Jean Claude Marquet, de la Universidad de Tours, se ha publicado en la revista científica Plos One. Sin embargo, y a pesar de los hallazgos de los últimos años, todavía se atribuye a los neandertales una breve lista de producciones simbólicas, por lo que su interpretación es a menudo un objeto de debate. Los grabados que se acaban de descubrir, aunque muy rudimentarios, son una prueba importante de que también disponían de capacidad simbólica como los humanos.

Kristina Thomsen

En la pared de la cueva se encontraron una serie de marcas no figurativas que se interpretan como acanaladuras de dedos, símbolos hechos por manos humanas. Pero basándose en la forma, el espaciado y la disposición de los grabados, el equipo científico concluyó que son formas deliberadas, organizadas y con la intención de dejar una huella. Igual para la posteridad.

Desde la década de los años 80 del siglo pasado, «numerosos descubrimientos han aportado pruebas de la diversidad del comportamiento neandertal», según se recoge en el artículo de Jean-Claude Marquet y sus colaboradores. Sin embargo, añaden, «las producciones simbólicas atribuidas a los neandertales son escasas; incluyen, por ejemplo, grabados en huesos o trozos de roca, conchas transformadas en grado variable y el posible uso de plumas y garras de rapaces» como adornos. El uso de pigmentos también podría incluirse en esta categoría, aunque también «podrían tener una función utilitaria».

El estudio también repasa los discutidos ejemplos de arte rupestre defendidos como neandertales por varios especialistas, como los de Ardales (Málaga), Maltravieso (Cáceres) -con una pintura datada con el método del uranio-torio en más de 64.000 años- y La Pasiega (Cantabria). «Sin embargo, la atribución de su autoría neandertal es controvertida y ha suscitado un importante debate en la comunidad científica», apuntan Marquet y sus colegas.


En este contexto, uno de los estudios más fiables fue el presentado en el 2014 en la revista científica PNAS en la que un equipo internacional, con investigadores de la Universidad de Huelva, presentó los grabados de la cueva de Gibraltar de hace 39.000 años. En el trabajo se concluía que con «alta probabilidad» los surcos localizados «se hicieron intencionadamente al pasar varias veces una punta de corte robusta sobre la roca, en una misma dirección, y no por un corte accidental relacionado con otras actividades».

Por eso los grabados de La Roche-Cotard también son un caso aparte. Se trata de una serie de marcas no figurativas, líneas y motivos abstractos, realizadas directamente con los dedos de las manos en la pared de la cueva. Para estudiar estos trazados, y sobre todo distinguirlos de otras marcas realizadas por animales, resultado de procesos erosivos o dejadas por quienes pasaron por la gruta tras su descubrimiento, los investigadores realizaron un análisis de trazado y utilizaron fotogrametría para crear modelos en 3D de las marcas, comparándolas con marcas humanas conocidas y experimentales.  Fue entonces cuando se concluyó que el espaciado y su disposición hacía deducir que fueron creadas de forma deliberada. 

El equipo también fechó los sedimentos de la cueva con datación por luminiscencia estimulada ópticamente, lo que permitió determinar que la cueva francesa se cerró por el relleno de sedimentos hace unos 57.000 años, mucho antes que el Homo sapiens se estableciera en la región y en el resto de la Europa Occidental. Dentro de la cueva también se hallaron herramientas de piedra musterienses, una tecnología asociada con los neandertales.

Debido a que son símbolos no figurativos, la intención detrás de ellos no está clara. Son, sin embargo, de una edad similar a la de grabados rupestres realizados por nuestros antepasados humanos en otras partes del mundo.


La investigación aporta, en todo caso, una nueva evidencia de que el comportamiento y las actividades de los neandertales eran igualmente complejas y diversas que las del Homo sapies. Ambas especies, más que primos hermanos, eran casi hermanas.