La Xunta asegura que la ley estatal les impide ofrecer contratos posdoctorales que superen los seis años de duración
14 dic 2024 . Actualizado a las 16:56 h.La Consellería de Educación, Ciencia, Universidades e Formación Profesional lanzó este año una convocatoria de modalidad única por la que ofrece a los investigadores posdoctorales que trabajan en Galicia un contrato de seis años —con una evaluación intermedia para pasar de etapa— y con el compromiso alcanzado con las universidades de crear plazas para estabilizarlos al concluir este período. Es la única comunidad que ha hecho algo parecido para facilitar la estabilización de posdoctorales para cubrir las necesidades docentes e investigadoras en las universidades.
Sin embargo, ha dejado fuera de esta opción a los investigadores de las convocatorias previas —2021, 2022 y 2023—, que mantienen contratos de tres años y con la opción de renovar por otros tres, aunque con la mitad de las plazas, y a los que no se les ofrece un compromiso final de estabilización. O al menos esto es lo que denuncia el colectivo, que asegura que al menos 150 científicos que trabajan en las universidades gallegas tendrán que renunciar a la investigación o a seguir su carrera en el extranjero.
«A Xunta non contempla ningún programa ou mecanismo que posibilite a estabilización dos investigadores que están disfrutando actualmente das vixentes axudas posdoutorais. O remate destes 3 ou 6 anos de experiencia posdoutoral financiados pola Xunta traducirase nunha perda de talento e nunha interrupción de liñas propias de investigación» por parte de personal que en algunos casos lleva 10 años financiado con fondos públicos.
Educación argumenta, por su parte, que los afectados ya conocían cuáles eran las condiciones de la convocatoria cuando accedieron a ella, y que en ese momento no se recogía la estabilización, y que la Ley de Ciencia estatal «non permite que este tipo de contratos sobrepasen os seis anos de duración».
Asegura que los posdoctorales tienen otras opciones para estabilizarse, como incorporarse al programa María Goyri para contratar profesores ayudante doctor en las universidades —una categoría que consideran insuficiente—; acceder a un plan Ramón y Cajal —para lo que se exige al menos cinco años de experiencia en el extranjero— o intentar trabajar en alguno de los centros Cigus o en los «máis de 400 grupos de investigación que reciben financiamento da Xunta», o en los centros tecnológicos o de investigación empresarial de Galicia.
Explica que para no discriminar a investigadores de anteriores convocatorias se les ofreció una convocatoria específica. «Trátase —dice la Xunta— das axudas posdoutorais de continuidade, que lles garante outros tres anos máis sobre os tres iniciais que xa tiñan».
«Non hai capacidade para reter o talento»
La neurocientífica de la Universidade de Santiago Paula Rodríguez, de 30 años, lleva desde enero en la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde estudia las conductas agresivas en un modelo de pez, lo que puede ayudar a tratar trastornos neurodegenerativos en humanos que cursan con agresión, como la esquizofrenia o el autismo. Su estancia en Estados Unidos, de dos años, forma parte del programa posdoctoral de la Xunta. El tercero lo completará en Galicia y luego iba a intentar a obtener la prórroga de otros tres. Pero ahora se está replanteando su futuro, en vista que si completa todo el proceso no tendría garantizada una estabilidad.
«Non é xusto que á xente que entre a partir de agora se lle ofreza unha estabilización e a nós, os que xa estamos dentro, non nos levemos nada», se lamenta.
Su situación y la de sus compañeros refleja lo que, a su juicio, es el verdadero problema: «Nin Galicia nin España teñen capacidade para reter ou para atraer o talento, a todos os investigadores que forma». «Algo está fallando —se lamenta—, porque se non tes capacidade para estabilizar aos investigadores, entón para qué pagas a súa formación durante dez anos. É súper frustrante, porque teremos que ir ao estranxeiro para producir alí e deixar de contribuír a Galicia, cando a túa formación foi con cartos públicos». Lo que piden, ella y sus compañeros, es poder competir al menos en igualdad de condiciones.
«Después de los seis años nos quedamos en nada»
Pablo Fondo, de 30 años, es investigador posdoctoral en el centro AtlanTIC de la Universidade de Vigo, donde trabaja en redes de comunicación móviles con tecnología 6G. Entró en el programa de la Xunta en la convocatoria del 2022. Lleva dos años de los tres previstos en la primera etapa y le quedaría la opción de presentarse a la prórroga del plan por otros tres más. Pero se sigue haciendo una pregunta: ¿Y después qué?
«Después de los seis años nos quedaremos un poco en la nada», asegura. «Los que entramos en las tres convocatorias anteriores al 2024 no tenemos la posibilidad de estabilizarnos, por lo que nos encontramos en una situación de agravio comparativo, porque es exactamente la misma convocatoria, pero a los nuevos se les ofrece una opción y a nosotros no. Lo que le pedimos a la Xunta fue que equiparase las condiciones de todos».
En su caso ya ha conseguido su primer contrato como investigador principal y espera poder acceder a más, pero advierte que «llegará un momento, en cuanto se acaben los seis años, en que no podré dar continuidad a mis proyectos».
Sobre una de las opciones que se les han planteado, las de acceder a las plazas de ayudante doctor del programa María Goyri, explica que «esos puestos no tienen que ver con líneas investigadoras, sino que salen por necesidades docentes». Y sobre el programa Ramón y Cajal explica que se dirige más bien a un perfil con 5 o 6 años en el extranjero.