El impacto social y económico de las 87 vedas de fondo se analizará del 3 al 7 de marzo
CIENCIA
El Consejo Consultivo de Aguas Noroccidentales exige a la Comisión que inste a sus asesores científicos a corregir errores del modelo que provocan un incremento del espacio protegido
15 ene 2025 . Actualizado a las 04:46 h.Entre los muchos reproches que recibió la Comisión Europea cuando dictó el reglamento de ejecución que impuso a la pesca de fondo comunitaria 87 vedas para proteger las áreas en las que había —o quizás hubiese— especies marinas vulnerables estaba el de que no se había evaluado el impacto que tendría sobre el sector pesquero cerrar a la actividad la zona comprendida entre los 400 y los 800 metros de esos polígonos acotados desde Portugal hasta Glasgow. Es más, ese es uno de los argumentos que sustentan los recursos presentados por España y la Organización de Productores de Burela.
Esa es una tara del reglamento que se pretende corregir en la siguiente revisión de esa decisión, que tendría que ser anual, pero ya lleva dos años de retraso. Esa evaluación está ya en marcha y prevé concluir en la reunión del grupo de trabajo de expertos del Consejo Científico Técnico de la Pesca que se celebrará del 3 al 7 de marzo.
Corrección de errores
En ese análisis de impacto socioeconómico participa activamente el Consejo Consultivo de Aguas Noroccidentales (CC-Anoc), que acaba de dirigirse a la responsable de la DG Mare (Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca), Charlina Vitcheva, para advertirle que no es la falta de datos socioeconómicos el único error que hay que enmendar a la hora de acotar los espacios marinos vulnerables (EMV). Ya en su día los miembros del CC-Anoc resaltaron que usar para el dictamen una zona modelizada de 400 a 800 metros en lugar de la zona batimétrica de esa profundidad generaba distorsiones. Tanto es así que, según un informe de los pescadores irlandeses, «muchos de los polígonos que atraviesan el contorno de 400 metros no existirían si el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) hubiera utilizado una capa de profundidad adecuada como punto de partida para el análisis».
Por tanto, apelan a Vitcheva para que inste al ICES a corregir un error tan evidente que provoca que en el Cantábrico las áreas de cierre sean mayores que las del mar Céltico. Subrayan también la incongruencia de que, a pesar de que el ICES haya admitido errores en el informe, estos no se hayan corregido en uno nuevo, como es «política habitual».